
«El límite es Macri», dijo claramente Raúl Alfonsín alguna vez, estableciendo su criterio en cuanto a las alianzas que su partido podía establecer. Amplió su concepto agregando que, de ser necesario, el radicalismo debería acostumbrarse a perder elecciones» ya que el líder radical no admitía bajo ningún concepto, que su partido marchara del brazo de la oligarquía, es decir el mismo sector que había provocado el derrocamiento de Hipólito Yrigoyen.
No obstante la advertencia, quienes continuaron al frente del tradicional partido en la histórica convención de Gualeguaychú, decidieron que los muertos podían hablar y asegurando que, de estar vivo, Raúl Alfonsín aprobaría la alianza con el macrismo, decidieron aliarse con el Pro para formar la alianza Cambiemos que además de los dos partidos mencionados, también lo compone el sector que lidera la Dra. Carrió con lo cual desoyeron por segunda vez a Raúl Alfonsín quien había calificado a la abogada chaqueña como «enemiga histórica del radicalismo» entre otros duros conceptos referidos a su persona. Con esa actitud el radicalismo ha desmentido en los hechos lo que proclama a todos los vientos: el reconocimiento al Dr. Alfonsín se agota en las palabras ya que las actitudes se han dado de patadas con las ideas del ex presidente radical y el paso del tiempo se ha encargado de corroborarlo.
En Baradero la UCR ha hecho un importante aporte al sostén de Cambiemos suministrando a la coalición gobernante varios de sus principales hombres. Seguramente alguno de ellos lo hizo con alguna reticencia pero, las mieles del poder suelen ser eficaz remedio para los pruritos ideológicos. Soportaron el cierre de Atanor, los despidos de Ingredion, los de BRF Foods, hace «mutis por el foro» ante la destrucción del asfalto que une Alsina con Baradero por «abajo» y ante la falta de trabajo, la pobreza generalizada, la impiedad hacia los jubilados y hasta callan sabiendo que la población ha sido afectada por la estafa electoral más grande de nuestra historia.
Tal vez su ideología política, representativa de los intereses de los sectores medios, no acepta en cambio el cierre de un profesorado y, más vale tarde que nunca, las autoridades locales del partido se han expresado condenando la medida que, eso no lo dicen, es el claro resultado de las políticas de ajuste que han apoyado sin reticencias.
Mary Shelley, escribió (se dice que en una noche) su obra «Frankestein o El Prometeo moderno»; en ella un médico experimenta intentando formar una criatura con diversos trozos de la anatomía de personas distintas y lo logra, pero su engendro se le vuelve en contra resultando ser algo temible ante lo cual el Dr. Frankestein termina aterrado de su propia creación. Algo similar le sucede a los radicales, se aliaron con quien nunca debieron hacerlo, desoyendo los consejos de Alfonsín, y terminan por convalidar políticas con las que están en desacuerdo o con las que lo estarían, sin dudarlo un instante, si quienes la hubieran llevado adelante hubieran sido los integrantes del anterior gobierno.
Nunca es tarde cuando la dicha es buena, dice el conocido refrán, pero lamentablemente ya es tarde, porque la dicha no solamente ha dejado de ser buena sino que directamente, se ha perdido y, lo que es peor, en muchos casos junto a la esperanza.
Gabriel Moretti
Comentarios de Facebook