
Una recorrida por las góndolas de los supermercados causa estupor. Los precios, de por sí altísimos, no cesan de incrementarse y en ocasiones, antes de que transcurra una semana se modifican y siempre a la suba, claro está.
El Diario tomó dos fotos que certifican lo expresado, en una puede verse a la gaseossa más conocida cuyo envase de tres litros se ofrece, como oferta, a $ 120 por unidad.
La otra imagen es la de una caja conteniendo un litro de leche que resulta imprescindible en todos los hogares en los que haya una criatura; de la gaseosa puede prescindirse, pero de la leche no y una familia necesita destinar de su ya enflaquecido sueldo, la suma de $ 54 para comprar un litro. Es tan dramático el tema de la leche, que han aparecido en el mercado unas cajas que son idénticas a las de la leche «larga vida» pero que, si se lee atentantamente el texto que viene impreso, se verá que no es leche. «Alimento lácteo» dice y otro tanto ocurre con el queso rallado que ahora viene en sobres que llevan la leyenda «Rallado», pero que no menciona en ninguna parte que lo rallado sea queso. A eso se ha llegado en la Argentina de los alimentos para 400 millones de personas. Para los de afuera puede que haya comida, pero para los de adentro cada día falta más.
El diario madrileño «El País» publica en las últimas horas información que se oculta por estos lares: «Muchos argentinos comen una sola vez al día» tituló. También se ha conocido que aumentó el consumo de yerba mate y que esto se produjo a consecuencia de que en muchos hogares el mate ha reemplazado a la comida. ¿Hasta cuándo soportará el pueblo semejante agresión?
El Diario de Baradero
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