
Algunos edificios son reconocibles y por eso, no tenemos dudas, al ver la imagen que nos muestra la foto, que se trata de la esquina de las actuales calles Anchorena y Malabia. Sigue estando allí el gran edificio de planta alta, la esquina de la farmacia que siendo la primera de Baradero, sin demasiadas variantes se mantiene hasta el presente.
Resulta en cambio muy llamativa la calle misma y la total ausencia de automóviles, quizás para el tiempo de la muestra gráfica inexistentes o casi en el Baradero de entonces. No habría tal vez llegado al pueblo el primero de ellos, un «De Dión et Bouton» propiedad del Dr. Lino Piñeiro o si ya rodaba por las calles, no hubiera sido fácil sacar una foto en la que apareciera, salvo que se lo hiciera de ex profeso.
En cambio sí se aprecian dos sulkys, uno detenido en la esquina misma de la farmacia, y en primer plano por el centro de la calzada, una volanta medios de transporte clásicos por entonces cuando ni siquiera el primer asfalto había llegado a Baradero. Los sulkys fueron un emblema de nuestro pueblo ya que había artesanos, como los Viale o los Currat que los fabricaban y eran reconocidos entre los mejores; ello es tan así que en especial en la provincia de Buenos Aires, los carruajes salidos de esos talleres eran conocidos como sulkys «Modelo Baradero». Sin poder asegurarlo, la innovación técnica que destacaba esos rodados era la incorporación de bolilleros a las ruedas en lugar del clásico buje engrasado con el que se venían fabricando hasta entonces. Esa innovación le daba al sulky un andar mucho más silencioso y estable, razón por la cual los que salieron de esos talleres cobraron fama y notoriedad.
El Diario de Baradero
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