
Fueron entregados por una partera a una familia de la zona. Ahora buscan reconstruir su historia. Luis Verdina, director de Derechos Humanos. a los dos días de este caso recibió otra búsqueda: una madre quiere saber que pasó con su bebé, al que le dijeron que falleció, pero nunca vio su cuerpo. El director de Derechos Humanos de la Municipalidad de Baradero, Luis Verdina, dio a conocer que recibieron la inquietud de dos hermanos mellizos que buscan su verdadera identidad en nuestra ciudad. Informó que en septiembre o principio de octubre de 1978 nacieron en Baradero dos mellizos prematuros, con algunas dificultades en su salud. En noviembre de ese mismo año, una partera que vivía en Baradero entregó a los mellizos a un matrimonio de la zona. «Los niños tenían marcas en sus pies y manos, como su hubieran tenido un buen tiempo con suero», según manifestó su madre de crianza a Luis Verdina. El funcionario relató que «otra partera, de una localidad vecina, incrementó sus bienes con prácticas ilegales, de la misma calaña que su par en nuestra ciudad. Esta fraguó un certificado de nacimiento y le otorga a los mellizos una nueva identidad, constatando que nacieron por parto natural de la «nueva» madre. Esta práctica ilegal y deleznable, muy usada por algunos profesionales para incrementar sus arcas personales, fue y es, lamentablemente, una cuestión naturalizada que goza de una impunidad increíble; y hasta cuenta con el beneficio y ocultamiento de una parte de la sociedad. Lo que produce nauseas, es que algunos/as de estos personajes hasta reciben premios por si «intachable» y «ejemplar» desempeño profesional, gozando de un prestigio social que le otorga el título de «señor/a». Con respecto a los mellizos, «la madre de crianza necesita reparar ese incorrecto accionar, nacido del desesperado deseo de ser madre, y ayudar a los mellizos a conocer su verdadero origen biológico, que a través de una práctica ilegal y delictiva les privó a los niños, llevar consigo, su historia de forma completa. Si alguien conoce a una mujer de nuestro medio, que le «falten» mellizos, pues bien, los chicos están hoy reclamando un derecho humano fundamental, el derecho a conocer su verdadera identidad de origen. Colaboremos todos en difundir esta historia, en una de esas, encontramos la llave de esos candados de silencio impuestos por parte de la sociedad careta y cómplice. Cualquier dato que se pueda aportar a este caso o les resulte familiar, se mantendrá una estricta confidencialidad de la fuente», aclaró Verdina. Otra búsqueda. «Que nos lleguen dos historias en dos días, y que una sea el disparador una de otra, como efecto dominó, tampoco es novedad, al menos para mi. No es un virus que se desató, ni tampoco es una crisis paranoica de madres desesperadas, es simplemente la consecuencia de que nuestra sociedad está plagada de secretos y candados de silencio, para ocultar la impunidad de algunos «notables», pertenecientes a un sector de la sociedad que dice orinar agua bendita, y por otro lado están corroídos por la desidia la ilegalidad y la mentira y ayudados por el Statu Quo que siempre barrió bajo la alfombra los «deslices» de sus machos sementales, desparramando hijos extra matrimoniales por doquier. Cartas, Así inició el funcionario, sus expresiones en las redes sociales, sobre la causa que recibió con tan sólo dos días de diferencia con el primer caso. Contó que en 1970, en nuestra ciudad, vivía una pareja, el de 19 y ella de 18 años, que llegaron a Baradero porque el joven trabajaba para un contratista. Ella estaba embarazada y su hijo nació prematuro en la clínica, según los dichos de María Cristina, la madre biológica, el médico que la atendió le mostró el bebé a su esposo y les anunció que el recién nacido tenía poca vida, que iba a morir pronto. «Jóvenes e inexpertos, vulnerables, nunca reclamaron el cuerpo, tampoco la clínica le mostró el cuerpito, ni emitió un papel donde constara el deceso del niño», indicó Verdina y añadió:»es más,¿Cuándo murió?, ¿murió realmente?, María Cristina sabe, siente interiormente que esos latidos nunca se detuvieron; jamás se repuso de eso, hoy su mente le bloquea detalles que nos permitan saber un poco más acerca de quién era ese doctor «petiso», que atendió el parto, ni siquiera el nombre de la clínica. El funcionario municipal dijo que para él no es novedad que profesionales «honorables» digan que un bebé nació muerto y deformado, mientras ese misterioso bebé salía por la puerta de atrás del nosocomio, más vivo y saludable que nunca. Que no le sorprenda a quien lee esta triste historia, que estos argumentos se repiten muy a menudo, y las víctimas son casi siempre mujeres o parejas vulnerables, de escasa formación, muy fáciles de manipular y engañar, por estos verdaderos mercaderes de la medicina». Verdina reconoció y destacó que «existen muchos médicos y parteras que hacen honor al Juramento Hipocrático, trabajan honestamente, ganándose legítimamente su pan de cada día, pero existen otros que se enriquecen a costilla de personas indefensas de intelecto y bolsillo». El director municipal concluyó: «No es la única historia que llega a mí, son muchas, quizá demasiadas, para una ciudad como esta, pero es la realidad, la cruda realidad que vivo a partir de 1998».
Fuente: La Auténtica Opinión.
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