
Estaba ubicada frente a la Plaza Mitre, sobre calle Anchorena al 900. Sus vidrieras ofrecían alhajas, relojes y los afamados facones tallados que eran requeridos en Baradero y toda la zona. En la Joyería Descalzo llegaron a armarse relojes despertadores que se comercializaban con marca propia, como los que muestra la foto.
Sin dudas que la vida era muy distinta y otras también las posibilidades de todos, pero valgan estas líneas como una muestra de lo que resulta posible cuando existen condiciones y artesanos destacados como los de aquella época. Todavía quedan algunas de esas piezas artesanales que, resulta lógico, tienen un alto valor por su calidad y escasez.
El Diario de Baradero

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