
Los primeros dos casos positivos, podría haber más, nos cayeron a todos como un balde de agua fría.
Hasta hoy nos sentíamos el Barcelona de Messi y Guardiola y ahora queremos meter la cabeza en la tierra como el River que se fue a la B.
Ni una cosa ni la otra, ni triunfo, ni derrota.
Sabíamos que esto podía pasar y pasó. Por suerte el virus nos dio ventaja para prepararnos para lo peor de ser necesario.
No es tiempo de buscar culpables, es tiempo de cuidarnos.
Nos habíamos tomado un recreito, empujados por la tranquilidad de no tener casos, ahora es tiempo de empezar a convivir con el enemigo.
Un enemigo jodido, cobarde, que no se muestra y asesta el golpe en el momento menos pensado.
¿Hay que entrar en pánico? No, el miedo es mal consejero y nos hace cometer errores.
¿Hay que quedarse en casa? Si, es por ahora la única manera de que el virus no circule entre nosotros.
Debemos confiar en el trabajo de las autoridades sanitarias, no es momento de crucificar a nadie. Es momento de cuidarnos y cuidar al vecino o al amigo.
Ayudar a que llegue el mensaje: Quedate en casa, cuídate!!
Hoy más que nunca el virus lo derrotamos entre todos.
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