
Cuentos, historias y leyendas de Baradero
Por Gabriel Moretti
Puede afirmarse que la popularidad del Club Atlético Boca Juniors se originó en la gira que el equipo de fútbol realizó por Europa en 1925. Antes de ese año, Boca había ganado varios campeonatos, y su deslumbrante fútbol lo llevó que fuera invitado a disputar algunos partidos en ciudades de España, Francia y Alemania (*).
Boca Juniors fue el primer club de nuestro país en jugar en Europa; para hacerlo, armó un equipo reforzado con cinco jugadores de Huracán, Independiente y Rosario Central, entre otros. La partida fue un acontecimiento memorable: el equipo recorrió a pie el trayecto desde La Boca hasta Puerto Nuevo, acompañado por una multitud estimada en 10.000 personas; entre ellas, jugadores y directivos de su hermano de barrio, River Plate.
El viaje en barco demoró 32 días. Los jugadores entrenaban en la cubierta del buque, y junto a ellos viajaba Victorio «Toto» Caffarena, vecino boquense que había vendido un campo familiar para costearse el viaje. Caffarena resultó un acompañante de tiempo completo, utilero y masajista, y además solidario y siempre listo para lo que se necesitara; por ese motivo, la prensa de aquellos años lo bautizó como el «jugador número 12», denominación que luego se hizo extensiva a la hinchada xeneize.
La gira europea resultó formidable: Boca disputó 19 partidos, con 15 triunfos, un empate y apenas tres derrotas, 40 goles a favor y 16 en contra. Hay que puntualizar que las derrotas fueron más que nada producto del amateurismo: en los comienzos del periplo europeo el equipo disputó sin descanso partidos en días consecutivos, error no repetido en el resto de la gira.Todos los encuentros fueron presenciados por una multitud, y hasta se llegaron a alquilar techos de casas vecinas a los estadios para que, desde allí, el público pudiera ver los partidos. En una oportunidad el resultado fue trágico: un techo se desplomó y varios espectadores fallecieron.
Boca venció al Atlético de Madrid y al Real Madrid, con el Rey de España como testigo presencial de la derrota. Se cuenta que, tras convertir un gol, uno de los jugadores boquenses se dirigió hasta el palco del monarca para saludarlo de forma pomposa, quizás con respeto o tal vez con cierto tono burlón. En Francia y Alemania los boquenses también cosecharon resonantes victorias, a tal punto que toda la prensa europea bautizó al equipo como «los malabaristas del fútbol».
El regreso al país fue glorioso: la actuación de Boca, difundida a lo largo y ancho de Argentina, llenó de orgullo a los compatriotas, y entonces la popularidad del equipo se extendió por todo el territorio. La multitud que aguardó el regreso fue todavía más grande que en la despedida: 40.000 personas se amontonaron en el puerto para aguardar el barco, entre ellas jugadores y directivos de prácticamente todos los clubes argentinos. Fue tal el éxito alcanzado por el conjunto de La Boca que se lo proclamó «Campeón de Honor» del año 1925.
El éxito y la ruina
En lo deportivo la gira fue inmejorable, pero en lo económico resultó ruinosa. Los partidos se habían pactado a un precio fijo por cada presentación en lugar de fijarse un porcentaje de lo recaudado; era la época del amateurismo, y Boca Juniors se había hecho cargo del sustento de las familias de los jugadores que participaron de la gira, de manera tal que los gastos superaron holgadamente lo recaudado. La quiebra económica estaba a las puertas de la institución. El presidente del club, Manlio Anastasi, presentó su renuncia y asumió la responsabilidad de lo ocurrido, pero sus pares de la comisión directiva no se la aceptaron y ratificaron la confianza; fue entonces que Anastasi y su comisión directiva iniciaron una tarea formidable y, con ingenio y esfuerzo, lograron sacar al club de la acuciante situación económica. A raíz de esto, el baraderense Manlio Anastasi es considerado por los historiadores del club como el salvador de Boca Juniors.
El hijo de Baradero
Todos los baraderenses conocemos la «Farmacia Italiana», pero no todos saben que cuando la colectividad italiana abrió el negocio necesitó los servicios de un farmacéutico apellidado Anastasi de nacionalidad italiana. El hombre había contraído matrimonio en Baradero, donde también nacieron sus hijos Leónidas, Manlio y Carmelo: el primero fue diputado nacional yrigoyenista por la circunscripción electoral de La Boca, abogado talentoso y responsable de las leyes laborales promulgadas durante el gobierno del caudillo radical, fundador de la Universidad Popular de La Boca y director de la publicación La Ley; Manlio fue presidente de Boca Juniors, y Carmelo esposo de la señora «Nené», quien aportó buena parte de los datos presentados aquí y que vivió en casa de la familia Drago hasta su fallecimiento.
Terminada su gestión al frente de la farmacia local, Anastasi y su familia se radicaron en La Boca, donde también abrieron una farmacia ubicada en una esquina emblemática del barrio: Pedro de Mendoza y Necochea. Los hijos baraderenses de Manlio terminaron por dejar una huella indeleble en el barrio ribereño. Incluso hasta hace unos años un club del populoso barrio, con sede en la calle Pinzón, llevaba el nombre de Manlio Anastasi; por desgracia, las sucesivas crisis atravesadas por nuestro país llevaron al club a su desaparición.
Antes de ocupar el lugar conocido por todos, el campo de juego de Boca estuvo ubicado en otros lugares, aunque solamente una vez, en las temporadas de 1911 y 1912, tuvo su cancha fuera del barrio de La Boca, más precisamente en Wilde. Si bien en lo deportivo la idea resultó buena, la entidad corrió peligro ya que de 1500 socios quedaron sólo 300. Aprendida la lección, la cancha regresó a La Boca para instalarse en su actual sitio.
En julio de 1924, Boca inauguró el estadio ahora conocido como La Bombonera, que entonces contaba con unas rústicas tribunas de madera. Para el puntapié inicial, asistió el mismísimo Presidente de la Nación, Marcelo Torcuato de Alvear, acompañado de su esposa Regina Pacini. En la foto de ese momento puede verse en el extremo derecho, de anteojos, a nuestro coterráneo, el gran Manlio Anastasi.
La visita de Boca a Baradero
Es muy probable que durante la presidencia de Anastasi, Boca Juniors viniera a Baradero para disputar un encuentro frente a su gemelo, el Atlético de Baradero, club que nació el mismo día del mismo año ¡y hasta en iguales circunstancias!, es decir en un banco de plaza.
Los jugadores del equipo boquense desfilaron por la zona céntrica, y se cuenta que los muchachos, bastante afectos a las bromas, ingresaron a la iglesia Santiago Apóstol portando en andas a Domingo Tarasconi, uno de los futbolistas, ante el asombro de los testigos ocasionales, quienes vieron tal cosa como una especie de sacrilegio. Cabe señalar que el encuentro entre Atlético y boca Juniors se disputó en la Plaza San Martín y terminó empatado en un tanto.
(*) Quienes se interesen por conocer los pormenores de la gira cuentan con abundante
información en Internet.
NOTA: Esta historia pudo escribirse gracias a los aportes de las siguientes personas: Mercedes Valenti, Eduardo Rabellino y Jorge Romero. A todos ellos, muchas gracias.
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