“O fríos o calientes a los tibios los vomitaré de mi boca”. (Pasaje bíblico)
Dialogo inexistente:
-Concejal oficialista, con una mano en el corazón, en el hipotético caso que el intendente de turno, el 21 de marzo, hubiera sido de la vereda política de enfrente ¿votaría la suspensión preventiva? No le estoy hablando de destitución sino que por unos días quede suspendido. ¿Votaría a favor o en contra?
-…
-¿No se la juega?
Los criticados levantamanos esta vez no las levantaron pero demostraron que no están a la altura de las circunstancias políticas y sociales de nuestra ciudad, un Baradero sacudido por el 21 de marzo y que atraviesa por una etapa de transición donde no se vislumbran mejorías sino más bien génesis de conflictos que no liman asperezas entre la sociedad y el gobierno de turno.
Los concejales de la Agrupación Carossi se abstuvieron. No propusieron votar en contra de la suspensión. Se abstuvieron. No se animaron a calificar el 21 de marzo de 2010 como hecho grave. Se abstuvieron. Tal vez creyeron que iban a quedar bien con ambas partes: El Pueblo y El Jefe. Pero no se la jugaron. Se quedaron en una posición mediocre. Ellos fueron elegidos en democracia por el voto popular y se postularon porque así lo quisieron (eso quiero creer, y no que hayan figurado en listas por obligación). Se presentó ante ellos una histórica situación no querida, pero existente al fin, innegable, y la resolvieron con dos abstenciones. Hay momentos cruciales donde los hombres que escriben y conducen los destinos políticos de esta ciudad deben tomar determinaciones sin titubear y acepar sus consecuencias. La abstención por su puesto trajo las suyas. Lo primero que ganaron fue el insulto, la bronca y el enojo de Margarita Ayala, la mamá de Miguel Portugal, que los trató de sinvergüenzas y se retiró del lugar a los llantos.
Los oficialistas ya sabían que ganaban la votación por la no suspensión del intendente porque la oposición no contaba con los 10 votos necesarios. Si evaluaron que no había elementos para suspender al intendente ¿Por qué no votaron esa convicción?
De lo que nos tenemos que abstener es de tener dirigentes mediocres.
Que mejore lo que tiene que mejorar y que no empeore lo que no tiene que empeorar.
Columna de opinión de Walter Lázaro publicada en La Auténtica Opinión
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