Se cumplen cinco años de la desaparición física de Jorge Porcel, un ícono inolvidable del cine, el teatro y la televisión argentina.
Se dijo mucho de él los últimos años antes de su muerte. Que no era muy querido en el ambiente artístico; que había descuidado y abandonado a su familia; incluso que se había vuelto «gagá», cuando en un ataque de misticismo se refugió en la religión evangélica, quizás como forma de expiar sus culpas.
Pero el Gordo Porcel (Jorge Raúl Porcel de Peralta) era un personaje mucho más complejo e interesante que aquel de sus últimos años. Había nacido en Buenos Aires, un 7 de septiembre de 1936, y como todos los actores de su generación, sus inicios tuvieron que ver con la radio, en aquella «Revista Dislocada» de la década del ´50, donde tuvo de compañeros a Nelly Beltrán y Raúl Rossi.
Poco después comienzan sus participaciones en el cine con «Disloque en Mar del Plata», aunque su primer protagónico para la pantalla grande será en «El Gordo Villanueva». A partir de ahí, Jorge Porcel filmará, con un ritmo envidiable, más de cuarenta películas, en las cuales siempre tendrá un lugar destacado la dupla cómica que supo conformar junto a Alberto Olmedo, en «Los Caballeros de la Cama Redonda», «Expertos en Pinchazos» o «Rambito y Rambón», entre muchas otras.
De todas formas, quizás el punto más alto de la carrera cinematográfica de Porcel tenga que ver con «Carlito´s Way» (1993), un film de Brian de Palma en la que el argentino tiene un papel secundario pero preponderante en la trama. Esa fue, además, su última participación en el cine.
En cuanto a la televisión, será inolvidable para varias generaciones aquel Don Mateo de «La Peluquería de Don Mateo». Secundado por Rolo Puente y con libretos de Gerardo Sofovich, «La Peluquería…»fue un clásico de la TV argentina durante las décadas del ´70 y ´80, con picos absolutos de ráting. También quedan en el recuerdo ciclos como «Las gatitas y ratones de Porcel», en las que su protagonista se animó a mostrar sus dotes para el canto.
El teatro también tiene un lugar reservado para «El Gordo». Había debutado en 1966 y a lo largo de los años su nombre iba a quedar ligado a aquellas temporadas de verano en Mar del Plata, junto a colegas como Ethel Rojo, el Negro Olmedo, Susana Giménez, Tristán, Juan Carlos Calabró y Moria Casán. Sus obras más recordadas fueron «La revista de las súper estrellas», «Seguimos rompiendo las olas», y «Prohibida», su última incursión en el género de la revista, junto a Mario Sapag y Patricia Dal.
Jorge Porcel se radicó definitivamente en Miami en 1991. Allí permaneció hasta su muerte, acaecida tras una operación de vesícula de la cual no llegó a sobreponerse.
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