Hoy se cumple el primer aniversario del fallecimiento de Miguel Mori.
El 13 de Abril del pasado año, luego de ser operado en el Instituto Medico de Alta Complejidad en capital federal durante más de 3 horas, “Miguelito” se descompenso y dejo la vida terrenal.
Miguel Angel Mori había nacido en 1943 y en el 66 llegó a Racing desde el lugar menos pensado: Independiente, a cambio del pase de José Omar Pastoriza. A pesar de sus 23 años, el jugador arribó al club con consagraciones en su espalda y con varios años como profesional, ya que había debutado a los 17. Luego de una adaptación que le costó un tiempo, se transformó en una de las piezas clave de la solidez del equipo de José y construyó una sólida dupla en la mitad de la cancha junto a Juan Carlos Rulli.
Su estadía en el equipo fue corta, pero muy fructífera. Jugó 74 partidos y marcó cuatro goles. Se fue en el 68 con más gloria de la que podía imaginar cuando había llegado, luego de lograr el título local en el 66 y las sucesivas consagraciones internacionales, primero la sudamericana y luego la mundial, del año siguiente.
Luego continuó su carrera en Newell´s Old Boys de Rosario y más tarde jugó dos años en Audax Italiano de Chile. A pesar de las ganas y su ímpetu, se retiró del fútbol muy joven, a los 29 años, debido a una rotura de ligamentos de la que nunca pudo recuperarse del todo.
Al dar vuelta la página del fútbol del libro de su vida, Mori regresó a su Baradero natal pera dedicarse casi con exclusividad al manejo de la panadería familiar y a las tardes de descanso en su campo. En su ciudad, esa que lo vio partir de muy joven y volver ya realizado, era ciudadano ilustre. En 1995, el Concejo Deliberante de allí lo honró al poner su nombre al polideportivo municipal y entregarle la Orden de Baradero.
Se realizara una misa en su memoria, hoy a las 19 en la parroquia Santiago Apóstol.
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