La primera dosis de refuerzo está habilitada a partir de los 3 años. También va lenta la aplicación del esquema primario en los bebés a partir de los 6 meses.

Bebés, niñas y niños tienen menos riesgo de morir por la infección por el coronavirus, pero no están exentos de adquirirla ni de sufrir sus complicaciones -como el síndrome inflamatorio multisistémico- o sus secuelas que se engloban como COVID prolongado. Por eso, deben vacunarse: deben recibir el esquema primario y luego la primera dosis de refuerzo. Sin embargo, la inmunización en esa población viene demorada. Es aún bajo el porcentaje de la población infantil en la Argentina que recibió el primer refuerzo o booster.

Las dosis para la niñez empezaron a estar disponibles hace un año en el país. Se habilitó la inmunización para niñas y niños entre 3 y 11 años, con el aval de la Comisión Nacional de Inmunizaciones (CoNaIn) y tras el consenso del Consejo Federal de Salud, que está formado por las autoridades sanitarias. En julio pasado, se sumó también la autorización para vacunar a los bebés a partir de los 6 meses con el esquema primario.

“La aplicación del primer refuerzo para niños de 3 a 11 años está en el orden de 10%. Es por eso que venimos trabajando con las jurisdicciones y los equipos de salud sobre la importancia de aplicar los refuerzos una vez transcurridos al menos 120 días después de haber recibido el esquema primario”, dijo a Infobae el médico Juan Manuel Castelli, subsecretario de estrategias sanitarias del Ministerio de Salud de la Nación. “La evidencia en relación a la protección que ofrece la aplicación de refuerzos es categórica y en todas las jurisdicciones hay posibilidades para su aplicación. Es muy importante comunicar el impacto positivo y la protección demostrada sobre el uso de refuerzos y más aún ante las variantes circulantes a nivel mundial”, agregó.

Para los mayores de 3 años está habilitada la dosis de refuerzo después de haber transcurrido el tiempo de intervalo posterior a las dos primeras dosis. Solo el 11,8% del grupo que tiene entre 5 y 11 años recibió la primera dosis de refuerzo. En el grupo de 3 a 4 años, la cobertura con el booster solo alcanza al 1,8%, según el último boletín epidemiológico del Ministerio de Salud de la Nación.

Se nota la diferencia con otros grupos. Por ejemplo, el 36,6% de los adolescentes de entre 12 y 17 año ya recibió el primer refuerzo. El 58,5% de la población de 18 y más años recibió el primer refuerzo mientras que en el grupo de 50 y más años la cobertura es del 71,5%.

En cuanto a la marcha de la vacunación contra el COVID-19 para bebés a partir de los 6 meses, el Monitor Público de Vacunación del Ministerio de Salud de la Nación aún no especifica la cantidad de dosis aplicadas en ese grupo. Pero indirectamente se puede observar que el ritmo de las aplicaciones no ha crecido significativamente desde agosto pasado cuando se habilitaron esas dosis.

El número total de dosis aplicadas fue de 254.481 en la primera semana de agosto, y bajó a 94.109 dosis en la última semana de septiembre, según el análisis de datos del doctor Jorge Aliaga, de la Universidad Nacional de Hurlingham. Una reducción que implica un descenso en las aplicaciones totales semanales mayor al 60%.

“Hay una baja cobertura de vacunación contra el COVID-19 en niñas y niños pequeños. Ocurre en todo el país y es preocupante. Porque las vacunas son eficaces y seguras y están autorizadas para ser aplicadas a partir de los 6 meses para que den protección contra el riesgo de que los niños desarrollen cuadros graves de COVID-19″, dijo a Infobae la epidemióloga Erika Bartel, del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires.

“Existe hoy una baja percepción de riesgo con respecto a que la gente se puede enfermar por COVID-19. Eso sucede porque los adultos observan menos casos graves y muertes en la comunidad ya que es el resultado del impacto de la vacunación masiva desde fines de 2020. Sin embargo, hoy es importante que se vacunen a los pequeños a partir de los 6 meses para que ellos también estén protegidos”, señaló Bartel.

Días atrás, en la provincia de Santa Fe, en la Argentina, murió una beba de 8 meses que tenía la infección por el coronavirus y no estaba vacunada. Sin embargo, hoy no se estaría considerando la posibilidad de que el COVID-19 tenga un impacto tan cruel. Incluso no se están teniendo en cuenta que pueden surgir nuevas variantes del coronavirus, tal como lo alertó el reconocido infectólogo Anthony Fauci días atrás.

La titular del departamento de inmunización del Ministerio de Salud de la provincia de Chaco, Laura Lescano, contó que “como se considera que el COVID-19 no tuvo un gran impacto en mortalidad en la infancia, padres y profesionales de la salud aún no acompañan a los niños para que se les apliquen las dosis que les corresponden. Las dosis están disponibles, pero las demandan poco. También algunos profesionales recomiendan a las familias adherir a la campaña contra sarampión, rubéola, paperas y poliomielitis que empezó en octubre y no tienen en cuenta que las dosis contra el COVID-19 también se pueden aplicar conjuntamente”.

La campaña de seguimiento contra otras infecciones se lanzó este mes por la reducción de las coberturas que hubo durante la pandemia. En el país 580.464 niños pueden ser susceptibles al virus que causa la poliomielitis o más conocida como polio. También se estimó que 713.000 chicos se encuentran en la misma situación con respecto al sarampión. Pero las dosis contra el COVID-19 también son claves y se pueden aplicar en el mismo momento con las otras vacunas.

“Es importante que los bebés y los niños sean vacunados contra el COVID-19, especialmente los que tienen factores de riesgo como una patología respiratoria crónica. Las vacunas brindan buenos niveles de inmunogenicidad y hubo ensayos clínicos que lo demuestran. Por eso, la Comisión Nacional de Inmunización y la Sociedad Argentina de Pediatría recomiendan las vacunas a partir de los 6 meses en la Argentina”, destacó Gabriel Battistella, subsecretario de atención primaria, ambulatoria y comunitaria del Ministerio de Salud porteño, que fue consultado por Infobae.

“Estamos difundiendo la importancia de que las familias acompañen a los bebés y a los niños para que accedan a la dosis extra de la vacuna contra el sarampión, la polio, la rubéola y paperas en octubre y noviembre. Esas dosis extra son para bebés y niños de 13 meses a 4 años inclusive. También los chicos tienen la oportunidad de recibir las dosis de vacunas contra el COVID-19 cuando se acercan a los vacunatorios o a las postas”, informó Bartel. En la provincia de Buenos Aires, hay 1800 vacunatorios regulares y 200 postas de inmunización contra el COVID-19.

El 27 de julio pasado el comité de infectología de la Sociedad Argentina de Pediatría comunicó oficialmente su aval para la vacuna de ARN mensajero contra el COVID-19 para los chicos a partir de los 6 meses de vida. “La nueva evidencia muestra que la vacuna Moderna en dosis de 25 microgramos presenta un adecuado perfil de seguridad en el grupo de 6 meses a 5 años, con una incidencia de reacciones locales y sistémicas menor que en personas de otras edades”, afirmó el comité.

Consultada por Infobae, la doctora Gabriela Tapponnier, miembro del comité de infectología de la Sociedad Argentina de Pediatría, expresó: “Apoyamos la vacunacion contra el COVID-19 en niños desde los 6 meses de edad. Porque las vacunas son seguras y hay estudios donde la carga de enfermedad en menores de 1 año es del 3,4%. Hay riesgo de coinfección con otros virus, como el de la gripe, en esas edades. Y los afectados pueden requerir internación o tener complicaciones. Se ha observado que hay niños que tienen cargas virales más altas con el coronavirus y es necesario que todos los grupos estén vacunados para tener inmunidad colectiva”.

Infobae

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