El aura de la Argentina campeona del mundo no se achica ni un poquito. Por el contrario, se expande, se erige, se impone. Esa selección que juega como equipo y que, encima, en el equipo tiene a Lionel Messi, volvió a mostrarse imbatible.

Fue en Lima, donde le ganó 2-0 a Perú, por la cuarta fecha de las eliminatorias sudamericanas rumbo al mundial 2026, que se jugará en Estados Unidos, Canadá y México.

Puntaje ideal para los conducidos por Lionel Scaloni, que ya les habían ganado a Ecuador (1-0 en Buenos Aires), a Bolivia (3-0 en La Paz) y a Paraguay (1-0 en la cancha de River).

Lionel Andrés Messi marcó dos golazos en el primer tiempo. Golazos por la definición. Golazos por la jugadas previas a la definiciones. Golazos porque fueron obras colectivas de un equipo noble y en crecimiento.

Y que hasta gana jugando limpio. Argentina se fue del estadio Nacional sin amonestaciones y sosteniendo el arco en cero otra vez, para que el récord de minutos sin recibir goles de Emiliano “Dibu” Martínez sigue en alza: el último que padeció fue el de Kylian Mbappé, en el empate 3-3 de Francia en el alargue de la final del Mundial, el 18 de diciembre de 2022. Pasan los meses y Argentina sostiene la mística. El equipo potencia individualidades. Esté o no esté Messi, se reconoce una manera, una forma.

Lo que viene para Argentina es la doble fecha de noviembre: primero ante Uruguay, el 16, en Córdoba; luego, el último acto del año, en Río de Janeiro ante Brasil (el 21).

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