Baradero necesita urgentemente considerar a quienes viven con dificultad para acceder a edificios públicos, comercios, instituciones educativas, centros de salud y espacios recreativos. La ausencia de rampas no solo limita la movilidad de las personas con discapacidad, sino que también afecta a los ancianos, madres con cochecitos de bebé y cualquier persona con limitaciones temporales de movilidad.
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