Este lugar es uno de los motivos por los que muchos nos conocen. El «basural a cielo abierto de Baradero».
Este campo privado, fue alquilado por la municipalidad hace unos 15 años para «temporalmente» depositar y enterrar la basura mediante un proceso similar al de los rellenos sanitarios, hasta construir la planta de reciclado. Se celebró como una obra valiosa y de progreso, porque permitió recuperar la barranca que hoy forma la parte alta del Parque del Este.
Durante unos años, los residuos eran compactados y enterrados por sectores con maquinas que se destinaron para tal fin. Además contaba con un ingreso controlado y personal durante las 24 hs.
La primer victima de esta medida política, fue la familia Chiaponi quienes vivían al final del único camino que corre paralelamente al predio, allí funcionaba un vivero de los más reconocidos de la zona, la gente dejó de ir, el campo se devaluó y al poco tiempo, cansados de luchar y ante la falta de respuestas a sus reclamos, decidieron mudarse abandonando un hermoso lugar que forma parte de la historia, en cuyo casco vivió gente desde mediados del siglo XIX.
La inevitable quema que se produce en más de una oportunidad por la auto combustión genera una cortina de humo que atraviesa una de las rutas más importantes del país, disminuyendo la visibilidad y aumentando el riesgo de accidentes.
Como agravante, la contaminación ya llegó al Río Arrecifes, el cual desemboca directamente en el Río Baradero.
Lo que era temporal, pasó a ser permanente y las soluciones siempre quedaron en promesas.
Con el transcurrir de los años, la desidia y falta de un compromiso serio provocó que hoy estemos ante un foco de contaminación cuyo daño es irreparable. Hemos escuchado en más de una oportunidad hablar de soluciones; de la separación de residuos domiciliarios, la colocación de contenedores, la inminente construcción de una planta de tratamientos de residuos, etc. Se han firmado varios convenios con la presencia de funcionarios y hasta se habló de armar un consorcio con las localidades de San Pedro y Ramallo. Hasta hoy nada de eso pasó
A veces uno se pregunta si realmente se quiso dar una solución definitiva al problema o lo que se hizo fue llevarlo lejos para no verlo.
Se podrán decir muchas cosas pero las imágenes y la historia hablan por si sola.
El Basural hoy ya no tiene más capacidad, por tal motivo la basura ha superado el predio y tapa gran parte de la calle. Donde estaba la tranquera se bloqueó con la basura, quienes llevan sus residuos los depositan al lado de la ruta, sobre la colectora, bajo la atenta mirada de un empleado municipal que no se entiende bien qué función cumple.
La casilla de vigilancia quedó atrapada entre la basura, El topador, que cumpliría la función de agrupar y compactar, esta arrumbado en el medio del predio, con una oruga cortada y claros signos de abandono.
En una improvisada carpa, viven tres abuelos y constantemente se observa la llegada de personas de todas las edades y sexo, provenientes de Río Tala, San Pedro y Baradero que al atardecer se acomodan a esperar la llegada de los camiones.
No caben dudas que esto es desidia, se diga lo que se diga, nadie absolutamente nadie de los que han tenido el poder de cambiar esta vergüenza baraderense han logrado algo.
La montaña de basura, el olor, las ratas, las bolsas que vuelan hacia donde sopla el viento es la triste estampa que nos deja este sitio.
Ojala estas imágenes sirvan para que nuestros funcionarios sientan un poco de vergüenza y recuerden que la historia se construye día a día y con nuestro accionar vamos marcando el destino de las futuras generaciones.
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