El austríaco superó la marca prevista de 36.500 metros y se lanzó desde 39.045 en el estado de Nuevo México. Así batió récords de salto en altura y también de velocidad porque en un momento llegó a descender a 1.342 km por hora, cifra que le permitió romper la barrera del sonido. Las claves de la hazaña.
El austríaco Felix Baumgartner, de 43 años, quedó en la historia al arrojarse desde la estratósfera y realizar el salto más alto y el más rápido en caída libre.
Este hombre se tiró desde 39.045 metros y según informaciones oficiales de los organizadores, cayó a 1.342 km/h, con lo que rompió la barrera del sonido.
Además superó el récord de salto en paracaídas que tenía Joe Kittinger, un ex coronel de la Fuerza Aérea estadounidense, que en 1960 se lanzó desde 31.333 metros de altura.
A los 83 años, este ex militar hoy formó parte de la misión Red Bull Stratos que quebró su propia marca.
El ascenso hasta la estratósfera duró 2 horas y 29 minutos. Una vez que llegó hasta los 39.068, Baumgartner abrió la puerta de su cápsula y se tiró al vacío, ante una expectativa enorme a nivel mundial.
El salto fue transmitido en directo por el sitio web de la misión, que dispuso más de 35 cámaras en tierra y en aire, y una adosada al traje de Baumgartner.
Barrera del sonido
Felix Baumgartner se había propuesto superar los récords de salto en altura y de velocidad en caída, con el que además esperaba romper la barrera del sonido; para confirmar que había cumplido el tercer objetivo hubo que esperar.
Según la portavoz de la misión, Sarah Anderson, Baumgartner logró romper la barrera del sonido en caída libre. La primera cifra que se conoció marcaba que Baumgartner había alcanzado una velocidad de 1.137 km/h durante los 4 minutos y los 19 segundos anteriores a la apertura del paracaídas. Sin embargo luego se informó que descendió a 1.342 kilómetros por hora.
La duda se generó porque, en condiciones normales, en la atmósfera terrestre la velocidad del sonido es de 1.234 kilómetros por hora, mientras que en la estratósfera se puede alcanzar con unos 1.110 kilómetros hora por la menor resistencia del aire, según la misión.
Según los cálculos, el récord sin ayuda mécanica se consiguió en los primeros 40 segundos de la caída libre.
En ese lapso, Baumgartner logró controlar el descenso y evitar caer en barrena, lo que le podría haber llevado a perder la consciencia o sufrir una hemorragia cerebral en caso de girar de forma descontrolada.
La caída libre de Baumgartner fue de cuatro minutos y 19 segundos, por lo que no pudo romper el récord anterior, de cuatro minutos y 36 segundos.
En total tardó unos 16 minutos en tocar suelo en un aterrizaje perfecto en paracaídas tras lanzarse al vacío dentro de su traje presurizado, que le protegió de la baja presión y las bajas temperaturas
El salto coincidió con el 65 aniversario de la gesta del estadounidense Chuck Yeager, el primer piloto que rompió la barrera del sonido a bordo de un caza X-15.
Vida de hazañas
El austríaco se entrenó durante cinco años para este salto, cuyo mayor riesgo era comenzar a girar fuera de control, lo que podría hacerle perder el conocimiento. Finalmente esto no ocurrió y el austríaco aterrizó de pie y en perfectas condiciones.
Su misión estuvo integrada por un equipo de 100 personas, y pretende contribuir a la investigación aeronáutica, para los astronautas y los futuros turistas del espacio.
Baumgartner ya había asombrado con saltos espectaculares desde las Torres Petronas, en Kuala Lumpur, Malasia, y desde el Cristo Redentor, en Rio de Janeiro, Brasil. Sin embargo, su hazaña al tirarse desde la estratósfera le garantizó un lugar en la historia.
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Infobae.com
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