Javier Sierra marcó el final del partido entre América y Atlético Baradero y se desató la hecatombe en la cancha de Defensores Unidos. El defensor sabalero Nicolás Mohr le pega un golpe de puño a Maximiliano Chapuis y empieza a correr hacia el vestuario local. Es allí cuando el expulsado Diego Bonelli, ubicado al borde del campo de juego, corre hacia Mohr para tomar venganza del golpe a su compañero. Al mismo tiempo el entrenador de América, Leandro Gauna, sale del vestuario local al cruce con el defensor del Negro y se desató la parte más grande de la gresca. Piñas van, piñas vienen; algunos intentan separar pero parece inútil. Para colmo de males la hinchada local logra forzar la puerta de ingreso al vestuario de Atlético Baradero y se mete en la cancha para intentar agredir a los jugadores visitantes.
Sólo cuatro policías y alguna que otra persona que andaba por el campo de juego intentó calmar las aguas pero todo siguió. El público que pagó la entrada para ver un partido de fútbol tuvo la posibilidad de disfrutar de una verdadera contienda de lucha libre. Hasta que un momento todo se calmó y cada club tomó su rumbo. Los visitantes salieron por su sector y los locales por el suyo.
¿Qué hacía Bonelli al margen del terreno de juego si estaba expulsado? ¿Por qué sólo cuatro policías en un partido de suma trascendencia? ¿Por qué con tanta facilidad la hinchada de América se metió en la cancha? ¿Qué informará el árbitro? Todas preguntas que cualquier persona que observó los hechos todavía está buscando respuesta.
Todos los reclamos conducen a la irregular tarea del árbitro Sierra. El delantero Claudio Gentili fue el primero en darle la responsabilidad: «Todo se generó por el mal arbitraje de Sierra porque si agregas cuatro minutos no podes jugar seis. Creo que la calentura va en eso porque era un partido que ya lo teníamos ganado. Es una lástima. Una cosa tan linda como el fútbol que se arruine por esto no se puede creer».
También el director técnico de Atlético Baradero se sumó a las quejas contra el juez: «Si hacemos un análisis nosotros vinimos a una reunión entre semana para hablar por el tema del referí y todo esto termina así porque no tenemos personalidad para designar a gente que dirija un partido de fútbol. Esto no es más que un juego y terminamos todos peleados y a las trompadas. Me parece que las ligas de San Pedro y Baradero le tienen que dar un corte a esto porque no va a venir más nadie a la cancha. Me preocupa el entorno, me preocupa lo que se genera y lo que se crea porque acá venimos todos a trabajar. Los jugadores dejan a las familias y todo termina así. Baradero y San Pedro deben ponerse de acuerdo y hacer las cosas distintas».
Ahora todo está en manos del cuestionado Honorable Tribunal de Penas que a su larga lista de tareas le sumó una compleja y de larga resolución.
Nota y fotos: www.tablerodeportivo. blogspot.com.ar
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