Por Mariano Pérez de Eulate -El kirchnerismo exhala por estas horas cierto aire triunfalista. La reapertura del canje de deuda pública, un proceso al que la Casa Rosada apuesta muchas fichas, es una de las causas. La pelea con los grandes grupos mediáticos, un desafío que obsesiona al matrimonio presidencial, es otra. La disponibilidad de más recursos por los vaivenes favorables de la economía, suma también. Pero además, muy cerca del ex presidente reconocen también que se cuela la política en ese estado de cierta algarabía. Es que en las últimas semanas, y a contramano de la mayoría de los análisis, ha crecido notablemente en el oficialismo la idea de que a Néstor Kirchner podría alcanzarle el apoyo popular para un regreso triunfal en 2011.
En el PJ kircherista siempre hubo un Plan A (Néstor candidato) y un Plan B (un delfín, que muchos creen sería Daniel Scioli) cuando sus voceros eran puestos a analizar las opciones para las próximas elecciones generales. En los corrillos partidarios se comenta, incluso, que existe como una suerte de acuerdo de convivencia entre los líderes regionales del PJ oficial y Kirchner, según el cual éste último tiene vía libre para jugar con la idea de su postulación hasta fines de este año o principios del que viene. Pero ahora, algo anticipadamente, en fuentes kirchneristas muy bien informadas se deja trascender que Kirchner va mostrándose cada vez más confiado en que su esposa terminará poniéndole banda presidencial en el pecho.
Es más: dicen que Kirchner ha hablado de una posible fórmula para ese escenario tan optimista. En esa lógica, siempre según voceros kirchneristas de muy buena llegada al poder, la idea sería que el vice de Kirchner fuera nada menos que Scioli, el actual gobernador bonaerense. Quien, curiosamente, ha instruido a su tropa para que salga a desinflar su instalación como presidenciable del peronismo y comunique que «sólo» se piensa en la reelección en la Provincia.
TORTURA CHINA
Esa inclinación por Scioli tiene cierta lógica. Aparte de tener mejor imagen que Kirchner en cualquier sondeo que se consulte, el gobernador es de los pocos dirigentes peronistas que le pueden acercar al oficialismo algunos votos de sectores que hoy son refractarios a los K.
Para el sciolismo -completamente alineado con Kirchner en la interna partidaria- este escenario es peor que la tortura china. Porque una cosa es no pelearse con Néstor en las actuales condiciones y otra muy distinta es repetir la jugada de 2003 y arriesgarse, otra vez, a la opción de «convivencia sumisa o muerte» que ya padeció el gobernador cuando presidía el Senado nacional. Antes que eso, Scioli prefiere la reelección, tal como avisan sus operadores por estos días.
Los que festejarían con mucho gusto esa curiosa hipótesis kirchneristas de regreso a la fórmula de 2003, son los que pretenden suceder a Scioli en la gobernación. Un par de legisladores y, sobre todo, varios intendentes que orillan los 40 años y que están trabajando para hacerse valer en la mesa de decisiones del PJ provincial. ¿Será por esto que en breve se conocerá una encuesta que muestra al jefe comunal de Tigre, Sergio Massa, entre los dirigentes de mejor imagen de la Provincia?
CIFRAS DE ENCUESTAS
Hablando de encuestas: es obvio que Kirchner se envalentona cuando le acercan números que lo dan primero en intención de voto, aunque con guarismos bastante bajos. Por ejemplo, el trabajo difundido por la consultora Management & Fit, que midió a un lote de 12 -repetimos: doce- postulantes. La intención de voto la encabeza Kirchner, con un módico 19,7% de intención de voto; le sigue Julio Cobos, el vicepresidente opositor, con un 17,2 %; y entra al podio Francisco de Narváez, con un 14,3%. De ahí para abajo, la lista de nombres medidos incluye a Eduardo Duhalde, Carlos Reutemann, Mauricio Macri, Scioli, Adolfo Rodríguez Saá, Felipe Solá, Mario Das Neves, Pino Solanas y Elisa Carrió.
Semejante dispersión, obviamente, favorece al santacruceño. Aunque con esos números antes mencionados, no le alcanzaría para ganar una elección general. Kirchner sabe muy bien que nunca pasaría un ballotage. Una ironía de la política ya que sufriría el mismo efecto rechazo que lo benefició a él en 2003, cuando enfrentó a Carlos Menem. Por eso mismo, si hay un desafío para él en su proyecto de regreso a la Rosada es ganar en primera vuelta, algo que en su entorno juzgan como posible si logran dispersar a la oposición en varias boletas y reunir algunos votos del peronismo que hoy se le opone.
Para toda esta teoría, Kirchner necesita mejorar su imagen pública. Dicen que trabajará en eso desde el cargo de titular de la UNASUR, un sillón con el que busca impregnarse de cierta pátina de estadista. Y todo el oficialismo apuesta, además, al reciente anuncio de largada de la Televisión Digital Terrestre (TDT), un sistema destinado a la gente que no tiene cable o TV satelital y que estará funcionando para el Mundial de Sudáfrica. Incluye la distribución gratuita de algo así como 1 millón de decodificadores, destinados a los sectores de menores recursos quienes, al menos en el arranque del sistema, sólo podrán ver los contenidos de los canales oficiales.
Trastienda política – Por Mariano Pérez de Eulate
Notibonaerense.com
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