En más de una oportunidad las páginas de El Diario se han ocupado de una cuestión cotidiana que preocupa a muchos ciudadanos como es el tema del difícil estacionamiento en la zona del centro de nuestra ciudad.
Hay cuadras en las que el espacio para dejar un vehículo es reducido y se torna crítico poder hacerlo debido a lo intenso del tránsito, que hace que sean muchos los interesados por conseguir uno de los escasos lugares disponibles, es decir que hay gran cantidad de postulantes para el poco espacio existente.
La cuadra de calle Anchorena al 1000 es uno de los lugares en los que se da esta situación y sucede entonces que hay quienes recurren a ciertos recursos que son cuanto menos discrminatorios ya que se hacen para conveniencia propia sin importar la de los demás. Así puede verse en la foto que, ante la necesidad de disponer de un espacio para estacionar, alguien pensó que podía reservarlo colocando un bicicletero en la calle impidiendo de esa manera el estacionamiento de otros para que, llegado el momento, pueda hacerlo quien colocó el artefacto. Mientras tanto, habrá otros automovilistas que estarán dando vueltas a la manzana a la espera de que haya un lugar para dejar su auto ya que no puede hacerlo en el sitio que, arbitrariamente y sin más autorización que su antojo, alguien puso el impedimento.
Es probable que haya algunos comercios que tenga necesidad de contar con un espacio libre, para ello deberán tramitar el permiso en el municipio, pero antes de que les sea otorgado no pueden decidir, de motu propio, quién estaciona y quién no.
(*) José Larralde – «Herencia pa’ un hijo gaucho».
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