El histórico «Café de los Angelitos» que desde hace mas de 100 años ocupa un lugar preferencial en el centro de la ciudad, festejó con una cena compartida con los parroquianos y amigos el final del 2014.
El jueves por la noche, se cortó calle Anchorena al 1000 y sobre ella se desplegaron mesas y sillas, pasadas las 21 hs. cerca de 200 personas se concentraron allí para disfrutar una cena de fin de año, donde no faltaron las risas, anécdotas, emociones y recuerdos.
«El Café de Los Angelitos» abrió sus puertas a fines del siglo 19 y aun hoy mantiene su esencia, las mesas de charlas sin final, el billar, los naipes, los fieles parroquianos y un pedazo de historia en cada rincón.
Con el toque juvenil que le aportó uno de los herederos de este comercio y actual regente, Salvador Sabatella, el bar del pueblo volvió a lucir su nombre fileteado en la vidriera y lejos de rendirse, retoma fuerzas para que ese espacio siga cumpliendo la noble misión de ser participe y testigo de uno de los tesoros más grandes que tiene el hombre. La Amistad.
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