Fácil acceso
A diferencia de otras adicciones, la del móvil tiene una edad de inicio muy temprana. Lo normal para los niños es tener teléfono sobre los 12 años (alguno incluso antes).
Es socialmente aceptable
Ver a un niño o a un adolescente fumar o emborracharse no está bien visto, es incluso ilegal.
Pero ver a un niño con móvil es cada vez menos raro. La mayoría de las veces se lo proporcionan los padres, que ven en el teléfono incluso un medio para tener a sus hijos controlados cuando están fuera de casa.
Dificultad de comunicarse
Los niños tímidos y con problemas emocionales suelen tener dificultad para comunicarse con el resto. Pero en la adolescencia es algo muy común en todos. Es una época de grandes cambios que hay que ir encajando.
A través del móvil muchos adolescentes se evaden de la realidad. Interactuando en redes o en juegos, viven en mundos paralelos menos complicados.
Deseo de reconocimiento
Algo muy de la adolescencia es también el deseo de reconocimiento y de pertenencia a un grupo. El sistema de “me gusta” en el que se basan las redes sociales es una trampa para ellos. Sobre todo para adolescentes con baja autoestima.
¿Cómo saber si tengo adicción al móvil?
Puedes realizar el test de adicción al móvil que te dirá hasta qué punto eres dependiente de tu dispositivo.
Pero es fácil averiguarlo si tienes cualquiera de estos síntomas:
- Forma parte de tu rutina. El móvil es lo primero que revisas cuando te levantas y lo último que ves cuando te acuestas.
- Siempre a tu lado. Te causa mucha ansiedad saber que no tienes el móvil cerca, aunque no lo necesites para nada. Si te cambias de habitación, incluso para ir al baño, precisas tener el móvil en la mano.
- Lo miras compulsivamente. No puedes perderte ninguna notificación.
- Comes con el teléfono en la mesa. Ya sea solo en tu casa o en una reunión social, tienes el móvil encima de la mesa y lo compruebas cada dos por tres.
- Lo usas en cualquier momento. No importa que estés divirtiéndote entre amigos, teniendo una agradable charla o incluso en una situación muy seria. Delante de cualquiera y en cualquier entorno interactúas con el móvil. Ten en cuenta que puede ser ofensivo y de mala educación.
- No te dura la batería. Tanto usarlo, la batería no dura nada. Si debes cargarlo varias veces al día, puede que tengas un problema.
- Procrastinas. Dejas tareas urgentes para último momento porque te entretienes mirando el móvil.
- Síndrome de la vibración fantasma. Hay quien llega a sentir que el móvil le ha vibrado en el bolsillo cuando incluso lo tenía apagado.
¿Cómo acabar con la adicción al móvil de tu hijo?
Lo suyo es que tu hijo no llegue a hacerse adicto al móvil. Puedes retrasar la edad de tener un teléfono, pero es inevitable. Si tu hijo llega a padecer nomofobia, puedes seguir estos consejos:
- Nunca en la habitación. Para que tu hijo no se distraiga y haga los deberes, nunca le dejes el móvil en su habitación. Por la noche aún menos, puede dejar de dormir solo por mirar el móvil.
- Pactar el tiempo de uso: Por ejemplo: No usarlo durante las comidas, no llevarlo a casa de los abuelos o solo usarlo 1 hora al día.
- Rutinas. Vale, podrá usar el móvil. Pero primero tendrá que terminar los deberes y ayudar en casa.
- Ejemplo. No puedes limitar el móvil a tu hijo si tú te pasas todo el día con él en la mano. De acuerdo que eres un adulto, pero eres su modelo a seguir y no le puedes dar información contradictoria.
La adicción al móvil en los adolescentes es algo muy común. Al contrario de otro tipo de adicciones, nunca se puede dejar de utilizar el móvil, porque es una herramienta necesaria en el día a día. La familia debe colaborar, disminuir el uso del móvil e interactuar más en directo, que será bueno para todos.
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