
Choripan y morcipan fue el menú con el que el presidente Mauricio Macri esperó a 69 intendentes de la provincia de Buenos Aires.
La mayoría lo comió con pan y los menos prefirieron al plato. También hubo empanadas de entrada y asado de tira.
Fue en la noche del convulsionado lunes, después de que hasta el primo del Presidente, Angelo Calcaterra, se presentara a Tribunales a declarar en la causa que investiga supuestas coimas en la obra pública.

Estuvieron los intendentes de Cambiemos, del PRO, de la UCR, de la Coalición Cívica y del Partido FE, además de la gobernadora María Eugenia Vidal, varios de sus ministros y parte del gabinete nacional. También fueron el vicegobernador Daniel Salvador; el jefe de Gabinete Marcos Peña; los ministros Oscar Aguad, Dante Sica y Guillermo Dietrich y por provincia, entre otros, Joaquín de la Torre y Alex Campbell, los armadores con los municipios propios y opositores.
En la foto se ve a intendentes como Diego Valenzuela, de Tres de Febrero; Martín Yeza de Pinamar y las dos mujeres del oficialismo (la provincia tiene solo 3 intendentas): Erika Revilla de General Arenales y Fernanda Antonijevic de Baradero.
Sorprendió a varios lo extenso del discurso de Macri, que suele ser más breve:»No somos todos iguales, por eso estamos acá, si viene la tormenta la vamos a bancar y no vamos a cambiar el rumbo», los arengó.
El postre fue frugal y un clásico peronista: queso y dulce.
Infobae
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