En una ciudad donde en los últimos años nos hemos acostumbrado a escuchar por parte de los funcionarios la frase “nos se puede hacer nada, no hay fondos”, es esperanzador lo ocurrido esta semana en el Paseo del Puerto, no solo por el valor artístico, cultural y turístico que le suman a nuestra ciudad los murales pintados en uno de los galpones, sino porque una vez mas queda demostrado, como ocurrió con el Cristo de la Hermandad que cuando la gente se junta y tiene ganas todo se puede.
Fernando “Pelcha” Beyer, es un inquieto y talentoso joven que no solo logró junto a sus hermanos proyectar su grupo de Rock Buffer, sino que además tuvo la fuerza y carisma necesario para abrir el Centro Cultural “El Periplo” en un espacio semi abandonado como el edificio de la Sociedad Francesa, donde junto a Flor, su esposa y un gran equipo, están ofreciendo a la ciudadanía una importante cantidad de talleres culturales y espectáculos. Hoy es funcionario elegido por el pueblo como Consejero Escolar y como decíamos al principio es inquieto por eso siempre encuentra la manera de hacer y no la de darse por vencido.
Y la gente así en algún momento o lugar encuentra personas similares, con los mismos sueños, con el mismo empuje, por eso quizás la vida lo juntó con Emilio Castro, Director de una Agencia de Publicidad llamada Ula Ula Producciones, que un poco por lo que le contó Pelcha, mas la atracción que siente por esta ciudad, idearon y decidieron llevar adelante esta fantástica idea de poner en valor artístico y turístico este lugar maravilloso que cuenta Baradero.
La tercer pata fue Juan Ramos, otro joven funcionario que va para adelante, porque como el dice tiene convicciones y ganas de trabajar.
A este trío se le sumaron los amigos, los artistas, los ciudadanos y hasta el municipio, porque cuando se empuja de la manera que ellos lo han hecho es difícil oponerse.
Todo duró una semana, andamios, grúa, rodillos, pinceles, pintura, reflectores, talento, alegría y una energía positiva que se transmitía en todo el puerto.
Pintaron de día y de noche, lo hicieron los muralistas y los aficionados, los grandes y los niños, hasta que finalmente la obra quedó terminada.
Lo ocurrido esta semana en el Paseo del Puerto es mucho mas que una serie de maravillosos murales, es la fuerza de los hacen, los que no dudan ni especulan, los que le dan para adelante por amor a esta tierra.
Fotos: BTI y Facebook
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