Qué hacer para combatir el vacío que deja el final de la Copa del Mundo y la tristeza de la derrota.
Después de haber estado palpitando de cerca el Mundial, el hecho de que haya llegado a su fin, sumado a que la Selección estuvo a un paso de llevarse la Copa dejó en muchos de los hinchas un sabor amargo, una cierta tristeza y la pregunta de ¿y ahora qué?. Incluso el pensar que hay que esperar otros cuatro años para volver a sentir la adrenalina que despierta este evento puede causar cierta angustia y ansiedad.
“Para los amantes del fútbol es lógico que después de un mes de intensas emociones se viva el post mundial con una sensación de que algo falta. Esta sensación puede manifestarse a través de desgano, falta de adrenalina e incluso de cierta irritabilidad”, explica en una entrevista con DoctorVid el doctor Horacio Vommaro, presidente de la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA) y jefe de Psiquiatría del Instituto de Neurociencias Buenos Aires (INEBA).
No obstante, el profesional enfatiza que al hablar de “depresión post Mundial” no significa que se trate de una patología clínica ni que se esté en presencia de un trastorno. “Aclaro esto para cuidar que no se patologicen los avatares del vivir”, subraya.
Según indica Vommaro, la sensación de que algo falta ahora que terminó el Mundial está relacionada con las emociones y adrenalina que provocan los partidos de este gran evento deportivo. Sin embargo, aconseja “no darle a la finalización de un Mundial de Fútbol el carácter de tragedia”. “Esto es válido tanto en un sentido individual como colectivo. En las sensaciones de ‘vacío’ lo importante es la palabra, poder hablar de lo que se siente y compartirlo, lo cual le quita el carácter de que solo a mí me pasa para humanizar la situación. Darse tiempo, como en los duelos, el ‘pancután del tiempo’ actúa, alivia y disuelve las penas”, resume.
En tanto, comenta que “los que no son tan futboleros lo que pueden extrañar es esa sensación emocional que provoca estar ante un acontecimiento o frente a un espectáculo. En ese caso, puede suplantarse por actividades y espacios que proporcionen esas emociones”, sugiere.
Para Vommaro, los comentarios inevitables sobre el Mundial -que por estos días ocuparán las charlas de familia, en el trabajo o con amigos- forman parte del bagaje cultural propio del argentino, en el que el fútbol ocupa un lugar importante. “El que es futbolero, pasado el momento de los comentarios, compensa con la cercanía del campeonato local, la Libertadores, las ‘comidillas’ y entretelones del fútbol; discute jugadores, compras y ventas del equipo de sus amores, sigue a los integrantes del seleccionado a través de los equipos en los cuales juegan. Por ejemplo, Messi y Mascherano en el Barcelona. Estas contingencias forman parte de su realidad”, recuerda.
También destaca el espacio de las redes sociales como lugar propicio para intercambiar experiencias y encontrar nuevas motivaciones. “Seguramente continuarán los comentarios y anécdotas después del mundial”, subraya el presidente de APSA, quien con tono de humor agrega: “Las chicas no se olvidaran fácilmente del ‘lomo’ de Lavezzi”.
¿DEPRESION O FRUSTRACION?
Si a partir del resultado de la final del Mundial o por el hecho de que haya terminado, alguien experimenta síntomas propios de la depresión como estar triste de ánimo, apatía, anhedonia (no placer por nada), enlentecimiento, pensamientos negativos, baja autoestima y desvitalización, en opinión de la doctora Elsa Wolfberg, médica psiquiatra y psicoanalista, “indicaría que esa persona tiene una depresión subclínica previa que se activó con los resultados” de este evento deportivo.
Según la experta, “una persona que pone todo un proyecto de vida y la propia identidad en un evento deportivo y siente que pierde ambos por un resultado no ideal, da cuenta de que esta persona tiene ya previamente una autoestima endeble y que el curso de su vida es insatisfactorio por otras razones”.
Sin embargo, señala que otra cosa es “la frustración de no alcanzar el máximo resultado con sus deportistas y sentirlo como un fracaso propio”. “Ese es un decaimiento pasajero”, asegura.
Para hacerle frente a ese decaimiento, aconseja tener presente el dicho»Lo mejor es enemigo de lo bueno». En ese sentido, hace hincapié en que “no ser el mejor no indica calidades inferiores, sólo indica que se es bueno aunque no el mejor” y subraya que “hay que poder disfrutar también de lo bueno y capitalizarlo”.
Otros tips que brinda la profesional para no desanimarse a partir del resultado obtenido en el Mundial son: “no ser exitista, apreciar el esfuerzo y los progresos, aunque no sean de máxima, del equipo deportivo y también los de la propia vida”. “Saber sobreponerse a la adversidad es un triunfo en el que se gana fortaleza y se puede apostar por la esperanza nuevamente”, remarca.
Asimismo, pone de manifiesto que los grandes eventos, como un Mundial, cuando pasan, dejan un vacío que no es tal, “sólo hay que volver a la vida cotidiana y resolver las dificultades que nos tocan y que ni un triunfo deportivo evita, es volver a trabajar después de una fiesta… y sacarse la resaca”, grafica Wolfberg.
Por último, la médica psiquiatra y psicoanalista subraya la necesidad de saber entender el verdadero alcance de esta competencia deportiva. “No hay que confundir: un equipo que pierde no es un país que pierde, el país sigue intacto con sus más y sus menos”, advierte, para luego añadir: “Hay que alejar los pensamientos mágicos que confunden, aunque los medios los potencien”.
“También hay que diferenciar el equipo que pierde de la persona, ésta ni pierde ni gana, sólo debe conservar la confianza en sí misma”, concluye Wolfberg.
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