Como todos los años, hoy 4 de septiembre, se recordó esta tarde, en el Museo Alejandro Barbich, el Día del Inmigrante
El antiguo y bello patio de nuestro museo se llenó de banderas y vestimentas típicas de distintos países desde donde llegaron gran parte de nuestros antepasados a radicarse en esta tierra tan lejana, escapando de la guerra, la miseria o en busca de un porvenir en América.
Griselda Esconjaureguy, de la colectividad vasca, fue la encargada de abrir el acto con palabras alusivas a esta fecha, diciendo entre otras cosas:«La Argentina fue para ellos la patria que adoptaron y a ella le rindieron su intelecto, la fuerza de su voluntad y el fruto de su labor diaria, abriéndole surcos en la tierra nueva. Todos guardaban en sus corazones el profundo deseo de volver a su patria, deseo que no pudieron cumplir, pero que lo proyectaron en sus hijos y nietos que hoy sienten la imperiosa necesidad de conocer la tierra de sus ancestros».
Luego de escucharse las estrofas del Himno nacional Argentino, se dirigió a los presentes la representante de la colectividad Croata:
«Baradero se ha nutrido en sus raíces más profundas del trabajo, el esfuerzo y las esperanzas de estos hombres y mujeres provenientes de distintos lugares del mundo que llegaron a esta tierra la Argentina hablando lenguas distintas, cargando costumbres y creencias, pero venían con un mismo objetivo forjar en este suelo su porvenir. Ellos con su esfuerzo aportaron su grano de arena para que nuestro país creciera. Nosotros tenemos la obligación de recordarlos. No tenemos dudas que la inmigración está presente en la historia de nuestra Argentina»
Silvia Keller de la Comunidad Alemana, recitó un poema.
Luego Lía Cunningham de la comunidad irlandesa habló contando sus vivencias y compartiendo su inmensa sabiduría, diciendo, entre otras frases, lo siguiente:«Yo pienso para toda esa gente lo que habrá sido no poder comunicarse, porque es fácil ahora hablar hay comunicaciones, tenemos internet, ¿pero antes?, como hacia esa gente para llegar a esta tierra desconocida, con sacrificio, días y días en barco con la incertidumbre de que era lo que se encontrarían acá. En los años 80 mi hija mayor fue emigrante, se fue hacia Australia, cuantas lagrimas tuvimos que derramar por eso, más de un año estuve pagando en el Banco Nación para poder ir a visitarla. Emigrar también es triste para todos».
También Neska de Elorduy, de la comunidad Vasca, rindió homenaje a sus antepasados leyendo una poesía de Santos Insaurralde dedicada a los vascos.
Ya sobre el final, se recordó la inmigración suiza tan significativa dentro de la historia de Baradero, y se mencionó a las tres vertientes inmigratorias más importantes de esta zona de América que fueron los españoles, franceses e italianos.
Con el sentimiento y los recuerdos de muchos a flor de piel, la música, compañera inseparable de cada una de las culturas que hicieron grande esta tierra, puso punto final al acto en la voz de Fernando Beyer quien interpretó dos canción referidas a todos esos hombres y mujeres valientes, que cruzaron el océano, sufrieron, trabajaron, amaron y fueron forjando generación tras generación la diversa y rica esencia del Argentino.
Comentarios de Facebook