
Esta noche ocurrió un hecho tan insólito como difícil de explicar, una apostilla más de la política en tiempos de pandemia.
El concejo deliberante de nuestra ciudad sesionó por última vez cuando se aprobó la ordenanza fiscal impositiva y después se adecuó al DNU de la cuarentena obligatoria.
Por este lapso de tiempo, el ejecutivo municipal, se manejo mediante decretos.
Hace unos días, los ediles de la oposición, comenzaron a solicitar que se normalice esta situación y el concejo comience a trabajar para ser parte, también, de la toma de decisiones en medio de esta crisis sanitaria.
En la noche de este martes los concejales de Juntos por el Cambio acompañados por el bloque del Frente Renovador decidieron realizar la sesión ordinaria que correspondía por ser el tercer martes del mes.
Al llegar al lugar, intentaron ingresar al salón de la democracia donde se sesiona normalmente, Martín Genoud, como vicepresidente del cuerpo, tiene las llaves para acceder pero se encontraron con que se habían cambiado las cerraduras.
No obstante esta situación, decidieron dar lugar al orden del día en el hall de ingreso del palacio municipal.
Se votaron por unanimidad, un pedido de informe sobre la situación de los insumos del hospital municipal y el valor con el que fueron comprados y otro para eximir del impuesto de seguridad e higiene a los comerciantes golpeados por la crisis económica que generó la cuarentena.
Además, un proyecto, en el que se le da la potestad al intendente municipal para modificar partidas del presupuesto de otras áreas, cerca de 100 millones de pesos, y destinarlas a salud, fue aprobado por Juntos por el Cambio mientras que el Frente Renovador se abstuvo.
Por último el concejal Morales realizó una manifestación de repudio a los despidos en una estación de servicios y los recientes de la empresa Donto que fue acompañada por el resto de los ediles.
Sin dudas, lo de esta noche, es un hecho inedito desde la vuelta de la democracia, que va a traer cola y polémica.
Comentarios de Facebook