Fuentes del Juzgado Federal de los Tribunales, a cargo de la investigación, afirmaron que aún siguen sin saberse concretamente quién, cuándo y porque dejaron el proyectil en los sectores periféricos de la ciudad. En tanto, descartan que se haya caído de un transporte de las fuerzas armadas, sostienen que quien lo haya descartado desconocía su peligrosidad.
Zárate, (La Voz).-Pese a que fueron iniciadas las investigaciones judiciales, aún reina el desconcierto respecto del origen del misil antitanque encontrado el pasado lunes en una ruta de la localidad de Zárate.
Fuentes del Juzgado Federal de los Tribunales Zárate-Campana, a cargo de las pesquisas, afirmaron al diario local, La Voz, que aún siguen sin saberse concretamente quién lo dejó allí, con qué fines y cuándo.
“Puede haber sido de un militar o alguien que lo tenía en su casa y decidió descartarlo allí sin saber la peligrosidad que encerraba manipulado por manos inexpertas. No creo que se haya caído de un camión militar que transportaba este tipo de materiales bélicos”, dijeron fuentes policiales.
En la revisión realizada por expertos de la Brigada de Explosivos de la Jefatura Distrital de San Isidro, detectaron que se trata de un Instalaza C-90, el cual tiene al menos 30 años en el mercado. Según indicaron, no es exactamente un misil sino una granada que se emplea con un tubo descartable autopropulsada con un poder de fuego capaz de inutilizar a un tanque de guerra.
En tanto, la principal pista que se recavó en esta primera instancia, antes de su detonación, es un número de serie y su fábrica de origen, radicada en Zaragoza, España.
No obstante, las fuentes consultadas por el mencionado matutino, no descartan que se trate del proyectil de un mortero de 105 milímetros ya que solo intervinieron en la revisión técnica la Brigada de San Isidro.
Vale aclarar que el hecho adquirió una trascendencia nacional inaudita dado que el proyectil era de cincuenta centímetros de longitud y estaba con su ojiva activa, por lo tanto podía explotar.
Luego de su hallazgo en un descampado entre medio de pastizales y botellas de vidrio, personal de la Brigada de Explosivos de San Isidro, lo dispusieron en un pozo y tras cubrirlo con arena y bolsas procedieron a detonarlo. (InfoGEI)
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