Ambos permanecen en libertad y deberán declarar como testigos en el juicio que iniciará el próximo 2 de enero den Dolores. Los ocho acusados estarán presentes en la primera audiencia.

El crimen de Fernando Báez Sosa fue, sin duda alguna, un antes y un después en la vida de Silvino y Graciela, los padres del joven asesinado. Ambos perdieron a su único hijo durante la golpiza mortal que tuvo lugar en la puerta del boliche Le Brique el 18 de enero de 2020 en Villa Gesell.

De ese ataque participaron Máximo Thomsen; Lucas, Ciro y Luciano Pertossi; Ayrton Viollaz; Matías Benicelli; Enzo Comelli y Blas Cinalli. Si bien los 8 rugbiers se sentarán en el banquillo de los acusados el próximo lunes 2 de enero en el juicio que comenzará en Dolores, lo cierto es que inicialmente hubo otros dos imputados más en la causa.

Se trata de Juan Pedro Guarino Alejo Milanesi, dos chicos que estaban vacacionando con los acusados en Villa Gesell la madrugada fatal de la golpiza pero que, según la fiscalía que investigó el caso, no participaron del brutal hecho.

Si bien fueron detenidos durante la mañana del 18 de enero de 2020, cuando la policía llegó al chalet que alquilaban los jóvenes, lo cierto es que después de haber pasado varias semanas privados de su libertad, finalmente salieron en libertad.

En aquel entonces el juez de garantías de Dolores, David Mancinelli, los sobreseyó porque ninguno de los testigos que presenció el crimen pudo reconocerlos como parte de la situación, lo que derivó en que no se pudiera comprobar su participación directa en el asesinato. Para ellos, el cambio de vida también fue abrupto.

En ningún momento tanto Guarino como Milanesi quisieron hablar ante las cámaras de televisión y, por respeto a la familia de Fernando, decidieron siempre mantenerse alejados. Hablaron una única vez sus padres cuando la Justicia los liberó y después no volvieron a hacerlo nunca más.

Sin embargo, ahora deberán romper el silencio. Ambos fueron citados a declarar como testigos durante las primeras audiencias del juicio que se llevará a cabo en el Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de Dolores y, además de ver cara a cara a los padres de Báez Sosa, también deberán enfrentarse con los 8 rugbiers.

Los acusados tienen pensado participar de las audiencias, no está confirmado que presenciarán las 22 pero esperan poder estar en varias de ellas, por lo que es muy posible que escuchen el relato de Milanesi y de Guarino cuando los jueces y fiscales empiecen a hacerle preguntas.

Seguramente ambos jóvenes viven momentos de mucha tensión. Tras haber sido señalados igual que sus amigos, luego las acusaciones en su contra se disiparon y ahora deberán contar ante el tribunal todo lo que pasó esa madrugada.

Hoy, Juan Pedro Guarino trata de mirar para adelante. Luego de haber quedado en libertad, se dedicó a estudiar psicología. Además, está de novio con la misma chica que salía en enero de 2020, cuando pasó lo peor.

Tanto el joven como su familia están muy tristes y tratan de pasar el mayor tiempo posible en la intimidad de su hogar, con una vida social poco activa. Aunque el padre de Guarino es un médico muy conocido en Zárate, él y el resto de sus allegados prefieren no hablar del crimen de Fernando.

“Quieren mirar para adelante todo el tiempo y sienten que su hijo, el día que recobró su libertad, volvió a nacer. La idea es construir a partir de ahí”.

Guarino está quebrado y no quiere hablar de lo que pasó durante la golpiza. Siempre que le preguntan, opta por no decir nada sobre el tema, aunque sabe que va a tener que hacerlo muy pronto. Ante los jueces deberá contar toda la verdad y señalar a quien haya que señalar, por más que eso le duela.

Más allá de que está un poco cambiado y que su aspecto físico no es igual al de hace 3 años, lo que Guarino siente en verdad es que ya no es el mismo de antes. “Esto lo ayudó a crecer”, sostuvo la misma fuente.

Por su parte, Alejo Milanesi es hoy muy mucho más inaccesible, ya que después de haber salido en libertad se mudó con toda su familia a otro barrio dentro de Zárate. Dejó su casa y todos los recuerdos que había en ella, para empezar a transitar una nueva vida.

Como paradoja del destino, el papá del joven es periodista pero, tal como siempre lo hizo, nunca se refirió al tema públicamente y no piensa hacerlo. Igual que Guarino, Milanesi hablará por primera vez ante la atenta mirada de los padres de Fernando, los rugbiers y los jueces.

tn.com.ar

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