El jugador baraderense, Darío Cvitanich acaba de cumplir 31 años y cuenta con una extensa y exitosa carrera profesional que comenzó en Banfield siguió en Ajax (Holanda), Pachuca (México), Boca Juniors, Niza (Francia) y nuevamente México con los tuzos del Pachuca.
El delantero además jugó un Mundial de Clubes, salió campeón con Boca y fue convocado al seleccionado de Croacia, que no la llegó a integrar por inconvenientes con los documentos.
Se inició en las infantiles del Club Rivadavia, luego pasó por el Club Atlético hasta que emprendió el sueño de ser un futbolista profesional.
En Banfield, hizo las inferiores vivió en la pensión, llegó el debut en primera y a los pocos meses se convirtió en ídolo, llegando a ser goleador del torneo de primera de AFA, lo que le permitió siendo muy joven emigrar al futbol europeo con una venta record para el club del sur.
El 2015 lo empezó con un ritmo vertiginoso en su vida, a pocos días de casarse con Cecilia Bonelli, se concretó el pase al Club Pachuca, cambió de continente y arrancó el año en México.
Hace unos días llegó al país de vacaciones con su esposa y su pequeña hija Lupe. De paso por Baradero habló con BTI, con la gentileza y sencillez de siempre:
¿Arrancaste un 2015 movidito y con una lesión importante?
“Si, el 30 de Diciembre que se definió todo, estaba por irme para Francia y al final termine haciendo las valijas y me fui para México. Llegue y después a la semana fue el primer partido, quede un poco mal por la lesión obviamente, es que cuando uno hace todo rápido pasan estas cosas, pero bueno fue un accidente, nunca me había pasado nada en cuanto a lesiones y me tocó vivirlo, igual uno está expuesto a eso también».
¿Además ya no te noves solo, hay una familia detrás?
«Es complicado porque imagínate que yo el 30 de Diciembre me tuve que ir para México, Chechu, mi mujer, se fue directamente para Francia sola, la nena quedo acá con mi mamá y con Moni la señora que nos ayuda y ahí partimos a la familia en tres. Chechu fue la que tuvo que hacer la mudanza sola de dos años y medio que estuvimos en Francia y cargar con la cantidad de valijas que trajo. Nosotros somos lo que nos libramos un poco de eso, ahora también nos estamos mudando acá, yo el martes estoy volando para México y es ella la que se queda al mando de todos».
¿Estás con ganas de volver, de jugar en Argentina?
«Ya me está costando cada vez más irme de Argentina, el otro día lo charlaba con mis amigos cuando estábamos ahí en Baradero, comiendo un asado, ya empieza a pesar bastante más, ver a Lupe creciendo, jugando con sus primos o en la casa de mi vieja, es como que la decisión se hace cada vez más pesada. A mí me queda un año y medio todavía en Pachuca , la idea es acortar los tiempos y también siendo respetuosos de que cuando uno firma un contrato por lo general yo trato de cumplirlo, salvo que haya algo que me permita volver sino trato de cumplirlo generalmente».
¿Estás dispuesto a volver?
«Es necesario que el club que quiera ir por mi hable con el Pachuca porque el pase es de ellos. Yo le dije a mi representante sí hay algo me lo planteas y lo vemos. Son decisiones que se toman poniendo mucho en la balanza, son ya casi siete años que uno anda dando vueltas por el mundo».
¿Cómo te sentís futbolísticamente?
«Futbolísticamente ando bien, estoy preparándome por mi cuenta y ya el martes nos vamos para allá y empezamos la pretemporada que me va a venir bien porque no la había hecho prácticamente, jugué el último partido el 20 de Diciembre y después pasó lo del casamiento, las vacaciones, el cambio, llegue, jugué, me lesioné, entonces quede un poco fuera de ritmo».
En Banfield sueñan con tu vuelta, ¿es factible?
«Tengo una buena relación tanto con el presidente de Banfield con el cual hablo muy seguido, como con Matías Almeyda, porque Chechu es muy amiga de su mujer, entonces ni bien llegamos nos sentamos a comer, obviamente no hablamos mucho del fútbol en sí- porque yo ya lo sé y él también lo sabe- yo siempre dije que cuando vuelva iba a retirarme ahí, tampoco digo que me voy a retirar a los 38 años.
Pasa por las ganas también, por ahí el año que viene me canse, encare otra cosa y veré que es lo que me llena, por ahí el día a días se hace pesado, me gusta jugar al futbol pero nunca fui uno de esos fanáticos que llegan y ven todo el día futbol y demás, hoy lo tomo como un trabajo como cualquier otro».
¿Qué te gustaría hacer cuando dejes el futbol?
«Técnico se que no quiero ser, quizás si me llega a llamar uno de los tantos conocidos que me dio el futbol podría ir como ayudante o aportando un poco desde otro lado, o hacer otra cosa que no tenga nada que ver, pero sería una pena porque gracias a Dios uno ha conocido muchas cosas y está bueno también poder aportar, por ahí desde la parte dirigencial quizás».
Hay muchos chicos que no llegan, que hacen inferiores y cuando son mayores de edad el club los deja libre. Es muy complejo, muchos sienten que se les termina todo. Sé que has hablado con chicos de Baradero en esa situación, dándole apoyo
«Es parte de la vida, por eso uno cuando es chico o cuando tenes catorce o quince años no lo ves y por eso decís yo voy a vivir de esto, pero la realidad es que son muy pocos los que tienen la suerte.
Hay muchos chicos de Baradero que han dejado o se les cae el mundo si quedan libres y no intentan ir a otros clubes. Pero que no aflojen muchos lo han logrado, están jugando, quizás no en clubes de primera pero si de ascenso, hoy hay muchas oportunidades, pero también depende de uno.
Yo tuve un montón de veces momentos en que me estaba por ir porque no jugaba, sobre todo de más grande cuando llegas a esa edad donde firmas contrato o te tenes que buscar otra alternativa, por eso es tan importante el estudio.
Yo firmé contrato pero me estaba por ir porque no estaba jugando, me iba a ir a préstamo a Instituto de Córdoba. Todavía vivía en la pensión y veía que otros chicos llegaban y yo no, también vi jugadores que realmente jugaban muy bien, pero por una cosa u otra no llegaron a primera.
Creo que también pasa por el convencimiento de uno, obviamente que después se te pueden abrir puertas o no y la vida no termina ni en Banfield, ni en ningún otro club y yo a eso lo tenía claro, sabía que iba a jugar al futbol más allá de que me quede ahí o no, porque era mi sueño, era la oportunidad de poder ayudar a mi familia, y ese objetivo lo iba a cumplir independientemente del lugar que me tocase estar.
Pero es verdad, es muy crudo y muy duro quedar libre de un día para el otro y no todos están preparados para la ocasión.
En el fútbol no es fácil llegar, sino mantenerse, hay muchos jugadores que han jugados cinco o diez partidos y después no han jugado más».
¿Te dejó amigos el futbol?
«Es difícil, porque vas cambiando constantemente, te deja muy buenas relaciónes el fútbol y amigos muy pocos, yo te puedo nombrar a Renato Civelli y al flaco Schiavi, con ellos nos seguimos hablando y nos seguimos viendo cada vez que podemos, que nos juntamos a comer con nuestras familias».
¿Conociste a jugadores de la selección?
«Con el flaco Pastore y con el pocho Lavezzi tengo relación porque siempre que íbamos a Paris parábamos ahí con ellos, nos juntábamos a comer y todavía de vez en cuando intercambiamos algunos mensajes, son pibes muy humildes, que están en otro nivel, en otros Clubes más grandes de la Liga Francesa».
¿Qué opinas de Messi?
«La verdad es que no me ha tocado verlo en vivo, uno tiene que estar agradecido de ser contemporáneo de un jugador de tal magnitud- los compañeros de Maradona hubieran dicho los mismo-, lo que más me sorprende es la ambición que tiene de seguir ganando, porque es un pibe que no se relaja nunca, ahora terminó de ganar algo como la triple corona que debe ser el sueño de futbolistas a este nivel, que no muchos lo logran, y se vino a jugar la copa América y termina y capaz que tiene que jugar amistosos que son por contrato y es preso de su mundo porque no tiene una vida normal y no la va a tener, no puede salir a caminar tranquilo, pero cuando lo ves en la cancha quiere jugar, quiere estar todos los partidos, no quiere salir, realmente es un enfermo del fútbol es algo envidiable».
¿Por qué crees que Boca se cayó cuando todos pensaban que era el mejor equipo?
«La presión creo que fue lo fundamental porque Boca venía con un ritmo muy alto, me acuerdo que hablaba con mi representante y me dijo si llegan a perder la serie con River y se viene el debacle y dicho y hecho, ahí te das cuenta lo que es el futbol Argentino con la presión, con el exitismo que se vive y eso se contagia con los jugadores obviamente, la prensa, el día a día, los diarios, entonces nos es fácil la adaptación al futbol de nuestro país.
Cuando yo llegue a Boca, estaba Riquelme y Schiavi que nos dijeron si quieren volverse locos, lean los diarios, miren televisión, escuchen todo lo que dicen, pero si quieren rendir y pasarla bien, dedíquense a entrenar, jugar y divertirse.”
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