
Por David Arebalo
Con el spot de “muy pronto”, Telefe promociona la vuelta de Floricienta (2004/2005) un producto de la factoría Cris Morena que supo reconstruir el clásico cuenta de hadas “Cenicienta” para una generación de niñas. Hoy esa niñas son mujeres adultas y empoderadas por los movimientos feminista, sin embargo “Floricienta” sigue vigente por la reivindicación de las/os fans en las múltiples plataformas en las que construyeron espacios virtuales que resignifican la historia ficcional y hoy la traen de vuelta a la pantalla chica.
¿Podría ser Floricienta feminista?: nos preguntamos toda una generación que se encuentra entre el amor perdido del Freezer (Juan Gil Navarro) y la lucha por deconstrucción de una sociedad machista y patriarcal.
Hoy como ayer… mañana como hoy.
“Llegarás a buscarme en una carroza blanca como los cuentos de antes” (Canción: Porque, Floricienta).
En los años 2000 en la Argentina no se pronunciaban en las calles términos como “el patriarcado” “ni una menos” “violencia de género” “aborto legal” “femicidios” y un conjunto de manifestaciones que devinieron de una crisis simbólica de las construcciones de “mujer”, producto de una serie de colectivos feministas que lograron la masividad y ocupan el espacio público.
Floricienta no es nada nuevo, su historia está inspirado en el cuento de hadas Cenicienta. Disney realizó la versión animada cinematográfica en 1950, siendo una de las películas más exitosas de la industria de Walt Disney Company, realizando su re-versión con actores en el año 2015. El producto televisivo en cuestión nos marca continuidades en torno a una representación de mujer que tiene una posición socioeconómica baja, y que encuentra “un príncipe” como solución a sus problemas. Construye “La moral Cenicienta”, como señala la socióloga San Román, en la que se representan cualidades femeninas estrechamente vinculadas a un concepto de maternidad que ha sido asumido como función social, no sólo contribuye a reproducir patrones de género, también moldea estructuras psicológicas y expectativas profesionales en las niñas. Floricienta no constituye en sí mismo una continuidad aislada, sino que es una representación imaginaria que sostiene una forma de ser mujer a lo largo de siglos.
“Ser Floricienta” para la investigadora Carolina Duek era uno de los juegos escolares preferidos de las niñas en 2005: toman el peinado, la ropa y zapatillas características para escenificar las escenas en los recreos escolares de los capítulos que veían el día anterior. Las niñas se la definieron: “Es Floricienta que vive con un Freezer que se murió, y ella habla con todos y se viste de colores y hace cosas”. Ese “Ser Floricienta” era incorporarse al juego social, las formas de jugar y reconocerse con un producto mediático que las identificó y logró persistir en el tiempo.
“¿Sin perdices?”: Continuidades y rupturas del príncipe azul.
“Si todos somos felices con nuestro final feliz, dennos nuestro final feliz.” ( Comentario de una fan en Youtube).
El producto televisivo sigue vigente porque se re-consume desde las formas de la melancolía, el dolor por la muerte del personaje de Federico en un accidente automovilístico en el capítulo 173 de la tira dio por terminado el “vivieron felices para siempre”. Este giro en la trama produjo la angustia e indignación de los fans de la tira.

“La muerte de Federico” implicó trastocar las formas imaginarias sociales de sostener un amor romántico por siempre y para siempre, ya que se señala que hubo “un robo” de la ilusión o que no van a superar la muerte del personaje. Las formas de la melancolía en el reconsumo encuentran entre la psique y la sociedad una permanente interpenetración de las lógicas de las representaciones de los medios de comunicación y las formas de deseos subjetivas.
En la actualidad, las formas de melancolía por la pérdida ficcional del príncipe azul siguen convocando a las secciones de noticias por parte de los principales medios masivos de comunicación. Tal es así que el diario La Nación, toma una interacción de Twitter del actor Juan Gil Navarro: “Agos querida! Te prometo tres cosas: que lo del amor ya se te va a pasar, que voy a intentar no morirme más y que la próxima nos saludamos. ” en contestación a la usuaria: @AgosCesarini1 “Estoy viajando en el Subte con @juangil_navarro y yo tipo “Hola, estoy enamorada de vos hace años y lloré cuando “te moriste” ”
La representación de príncipe en Federico se caracterizan por ser un hombre rígido y severo; esto lo podemos observar en el video “Fede maltrata a Flor por celos”, allí el protagonista masculino, se encuentra en la cabecilla de la mesa, señala órdenes y reglamentos que pide cumplir estrictamente. Reta a Tomás (hermano menor) por tirar el tenedor al que Florencia interviene y él contesta: “ ¿Yo te pedí tu opinión? no, entonces si queres estar en esta mesa, te quedas callada y respondes solo si se te pregunta.”. Este tipo de interacciones eran normalizadas en un proceso ficcional lógico: Él era duro, frío y hasta maltratador, y gracias al amor romántico se transforma en un hombre dulce y tierno. En 2018, el consumo nostálgico de Floricienta se vio en contradicción con la coyuntura del proyecto de ley de despenalización del aborto. Allí el lazo social se vio en tensión. Gil Navarro expresó:
“Vamos chicas, terminemos de una vez con el príncipe y el freezer… El primero es enemigo del matriarcado y el segundo congela todo lo que debería estar verde…
( #Suelten…#YaEsHora…)”
El pedido del actor dio lugar a posturas diversas en torno a las contestaciones para los fans, quien en su gran mayoría respondieron “no poder soltar” al Frezzer, más allá de que las formaciones sociales están en procesos adversos a las representación que ha compuesto el propio actor. Se ha interiorizado sentido en un momento histórico determinado que puede no coincidir con el sentido socialmente instituido en otro periodo y/o en otro campo de interacción y se contradicen entre sí, coexisten un mismo mundo de “príncipe azul” y “feminismo”.
Volver a ver Floricienta no puede ser igual que en 2004 , pues entre cruzamos tiempos sociales diversos con permanencias y rupturas que nos permite pensar que los cambios sociales que se están dando en la Argentina, y resistencias en los entramados complejos de los sujetos. Para toda una generación que sufre la pérdida del príncipe azul ya no hay lugar suficiente para que ninguna se queda “muda prendida en “tu” mirada”.
David Arebalo
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