Se recuerda con cuánta alegría se inauguró el asfalto de la cuadra de calle Teófilo Rosell que corre entre Colombres y Gazcón. Aprovechando el ancho de la calle, se construyó un coqueto bulevar con ejemplares de pindó y se solucionaba un antiguo problema de tránsito.
Como siempre se hace en estos casos, desde distintos lugares, entre ellos estas mismas páginas, comenzaron a darse voces de alerta acerca del pronto deterioro que sufría el asfalto del lugar y, como casi siempre, poco y nada se hizo más que colocar los clásicos parches que duran lo mis o que un suspiro.
Escasas como están las arcas municipales y priorizando cuestiones, el abandono del mantenimiento es total y hoy, la calle se encuentra en un estado deplorable a tal punto que ya no puede considerársela como asfaltada sino que es una calle más de tierra de las tantas que existen en Baradero.
En ocasión de obtener El Diario las imágenes que se acompañan, pudo observarse el tránsito de una mujer que, a bordo de una moto y tras encajar la rueda de su moto en una irregularidad bordeada de tierra suelta, terminó con su humanidad por el suelo.
El plan de obras de infraestructura presentado días atrás, contempla mejoras en esa zona, pero, como quedó expresado, existen prioridades y éstas están sujetas a las miradas políticas de los gobernantes.
El Diario de Baradero
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