Cuando se inauguró el asfalto del bulevar de calle Malabia, resultó un verdadero orgullo para Baradero, se trataba de una obra que en mucho contribuía a realzar los méritos ciudadanos. Lejos se estaba de imaginar que, al poco tiempo, la esquina de Malabia y Teófilo Rossell comenzara a sufrir un paulatino y sostenido deterioro que la llevaría a ser uno de los lugares sobre los que más notas periodísticas se hayan hecho reclamando su reparación.
Si bien no puede decirse que el municipio haya hecho oídos sordos ante la enorme cantidad de reclamos, tampoco es verdad que las reparaciones que se hicieron hayan sido de la calidad que se necesita si lo que se quiere es encontrarle solución al problema que además es de larga data.
En los últimos días, la zona se ha ido destruyendo a punto tal que en un buen sector el asfalto literalmente ha desaparecido dejando lugar solamente a la tierra, que vuela por el aire con cada vehículo que pasa por el lugar que, para colmo, es muy transitado debido a su cercanía con el hospital municipal.
Se ha visto en más de una ocasión gastar dinero en ciertas cosas que seguramente son de menor importancia que la que aquí se menciona, por ello muchas veces cabe preguntarse si no existe un orden de prioridades ya que por lo que se observa, parece no haberlo.
El Diario de Baradero
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