Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados, anunció un aumento del 80% en los salarios de los legisladores, que se implementará en tres cuotas a partir del próximo mes. Con este incremento, la dieta promedio de 1,2 millones de pesos pasará a ser de 2,2 millones de pesos para los 257 diputados nacionales. La decisión generó una reacción negativa desde el Ejecutivo, que se opuso desde el principio y había rechazado la posibilidad de un aumento durante las negociaciones iniciales.
Los legisladores también expresaron su descontento, argumentando que necesitan ingresos comparables a los senadores, quienes ganan 8 millones de pesos brutos. Critican que el aumento no cubre adecuadamente sus gastos, como viajes y alojamiento, y señalan que el desarraigo de 300.000 pesos ya no es suficiente. La resolución de Menem fue unilateral, sin el apoyo de otros líderes políticos, y fue rechazada por figuras como Gabriel Bornoroni de La Libertad Avanza, y otros líderes opositores que temen el costo político del aumento. Los diputados también están molestos porque sienten que los senadores están recibiendo una mayor parte del presupuesto del Congreso, y piden a Menem que defienda sus salarios en la discusión pública.
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