En el marco del primer campeonato del mundo «Uruguay 1930», el 30 de Junio de 1930, la selección local vencía al combinado argentino por 4 a 2, consagrándose Campeón por primera vez en su historia. Por ser el primer campeonato de la historia era de esperar que se produjeran inconvenientes, como se suponía que no se completarían los 16 cupos se decidió que no hubiera clasificaciones sino invitación directa. Para dar impulso a la sede Uruguaya, rápidamente aceptaron Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, México, Paraguay, Perú y Estados Unidos, pero en Europa no se mostraba tal entusiasmo, la distancia y los altos costos hacían aumentar las renuncias, solo aceptaron asistir Bélgica, Francia, Rumania y Yugoeslavia. Los 13 participantes se dividieron en 4 grupos, 1 de 4 equipos y 3 de 3 equipos. Uruguay llegó a la final luego de ganar el grupo 3 tras vencer 1 a 0 a Perú y 4 a 0 a Rumania, y en semifinales superó ampliamente a los EEUU al que venció por 6 a 1. Por su parte Argentina se ganó el derecho a la final luego de ganar el grupo A venciendo a Francia 1 a 0, a México 6 a 3 y a Chile 3 a 1, en la semifinal venció claramente a Yugoeslavia por 6 a 1. La final se disputó el 30 de Julio de 1930 en el Estadio Centenario de Montevideo y fue dirigida por el belga John Langenus. Argentina dirigida por Francisco Olazar y Juan José Tramutola formó con Juan Botasso, José Della Torre, Fernando Paternoster, Arico Suárez, Juan Evaristo, Luis Monti, Francisco Varallo, Manuel Ferreira, Carlos Peucelle, Guillermo Stábile y Mario Evaristo. Por su parte el local dirigido por Alberto Suppici formó con Enrique Ballesteros, José Nasazzi, Ernesto Mascheroni, José Andrade, Álvaro Gestido, Lorenzo Fernández, Héctor Scarone, Pedro Cea, Pablo Dorado, Héctor Castro y Santos Iriarte. La final fue ganada por Uruguay 4 a 2 convirtiendo Dorado, Cea, Santos Iriarte y Castro para Uruguay mientras que Peucelle y Stábile convirtieron para Argentina.
El 30 de Julio de 1863, en una granja de Michigan, EEUU, nacía un revolucionario industrial, padre de las cadenas de producción para la producción en masa, ese día llegaba al mundo Henry Ford. Desde los 8 años se vio fascinado por la maquinaria agrícola y sus motores, su padre le permitía que los estudiara y desarmara algunas partes para aprender sobre ellos. Sin ganas de enfrentar el duro trabajo de una granja se marchó a Detroit para ser aprendiz de maquinista en las empresas James Flower & Bros. y Detroit Dry Dock Co, la experiencia en el arreglo de las máquinas a vapor portátiles de su granja le abrió las puertas a ser contratado como service oficial para George Westinghouse. Su brillante desempeño lo hizo muy conocido entre otros empresarios, Tomás Alba Edison se fijó en él y le ofreció hacerse cargo de la división «Detroit Automobile Company», empresa perteneciente a la «Edison Illuminating». Su interés en el diseño y la producción le hicieron descuidar las ventas, para salvar el proyecto Edison puso a Henry M. Leland para que lo supervisara, Edisón se enfureció y renunció a la empresa que luego de su salida se transformó en la Cadillac. Henry reunió a once inversores a quienes convenció de la viabilidad de sus diseños, juntó 28 mil dólares con los que el 16 de Junio de 1903 fundó la «Ford Motor Company». Henry marcó el ritmo de la industria automotriz, comprendió que la publicidad era la base de la instalación del producto. Hizo que sus modelos batieran y homologaran records de velocidad y resistencia haciéndolos viajar y mostrarse en todo el país. Diseñó el sistema americano de franquicias y concesionarios, además de una agresiva campaña publicitaria en medios gráficos. Implementó una escala salarial altísima para sus empleados, que atraía y seducía a los mejores y mas capacitados técnicos y operarios de la industria. Redujo la jornada laboral a 8 horas en su planta, paralelamente implementó un departamento de seguimiento de las conductas de sus empleados fuera de la fábrica, el que no se comportara como un ciudadano «decente», perdería los beneficios. Prohibió la afiliación de sus empleados en sindicatos e impedía reuniones de delegados aduciendo que ningún trabajador en los EEUU estaba mejor que uno de la Ford. Las líneas de montaje de su planta de Detroit eran las mas modernas y eficientes de la industria automotriz de la época. La empresa se transformó en el buque insignia de la industria, a sus competidores les llevó 50 años alcanzar sus niveles de calidad, eficiencia y niveles de ventas, por ello la mayoría de sus modelos son leyendas. Antisemita hasta la médula compró el periódico «The Dearborn Independent» desde el cual pregonaba sus ideas contrarias a la inmigración, al sindicalismo, a las bebidas alcohólicas y a los judíos, su nota mas polémica fue la reproducción de «Los protocolos de los sabios de Sion». Ford amplió su negocio a la aviación y a la producción de hule, instaló plantas automotrices en Reino Unido, Canadá, Australia, India y Francia, consiguió distribuidores en los 5 continentes llegando a 1/3 de la producción mundial de automóviles. Su último gran aporte fue asesorar a otras naciones en la instalación de sus propias fábricas con sus métodos de producción, asesoró a Mussolini para la automatización de la FIAT y a Stalin para la instalación de Gorki de la «GAZ» (Gorkovsky Avtomobilny Zavod). Un infarto en 1938 lo hizo ceder el control de la empresa en su hijo Edsel Ford y luego en su nieto Henry Ford II, un derrame cerebral le provocó la muerte el 7 de Abril de 1947.
BTI
Comentarios de Facebook