Se trata de Gonzalo Giles, un joven de 18 años, al que le encanta la radio, a los cinco meses se quedó sin voz por una meningitis y esto no le impidió salir adelante y cumplir sus metas. Enterate de su sorprendente historia.
Gonzalo Giles, tiene 18 años y vive en Dolores, a los cinco meses se quedó mudo como resultado de una meningitis. Tiene su propio programa de radio en una FM y su historia lo convirtió en un ejemplo de superación.
El programa de Gonzalo se llama «La voz en On», el cual realiza a través de una máquina que traduce lo que él escribe.
El programa es producido por él mismo. «Yo hago todo, musicalizo y opero. Pienso el tema del programa y después busco la información y la grabo con mi celular y ahí arranca el trabajo de edición con la computadora. Al terminarlo se lo llevo a la radio», explicó Gils en una entrevista para el programa La Tarde X C5N.
«Ser mundo me hizo ver el mundo de una manera diferente, al no poder hablar me dio la oportunidad de escuchar. Me dio la oportunidad de pensar más de una vez lo que tengo que decir», aseguró.
A raíz de la meningitis a Gonza, cómo lo llaman sus amigos, le quedaron algunas secuelas. Le cuesta articular bien el costado derecho del cuerpo (no mueve su brazo, por ejemplo) y perdió el habla. Aunque eso, para él, nunca fue un drama. «Estuve varios años en una depresión y salí de esa depresión con ayuda de mis amigos y mi familia, entré a un grupo de amigos con problemas. Me las arreglé para del defecto sacar una virtud», expresó.
«Para mí esto es normal, nunca he hablado y lo vivo con naturalidad», agregó Gonzalo.
El rock, los libros y la radio, fueron sus grandes compañeros durante estos años de lucha. Y no como un simple pasatiempo. Con papel y lápiz, decidió contar su vida y ese sueño se transformó en Sangre, Locura y Amor, su primer libro.
Para este joven, vivir cada día es un desafío y busca superarse aún más. «Ayer me recibí de la escuela y quiero estudiar periodismo o hacer un curso de algo más… Me gustaría venir a la capital a trabajar», dijo Gonzalo.
Su estilo de vida y la ganas de salir adelante hacen que logre todas sus metas y nunca se denomina como una persona enferma. «Odio que me digan enfermo, siento un profundo rechazo por esa palabra, hasta he dejado de hablar con gente por ese motivo», manifestó.
«La sociedad es discriminadora pero no por mala sino por ignorantes. Está claro que nos falta a la sociedad a no juzgar de entrada», agregó.
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