Su primera desaparición fue en el año 1976 durante la dictadura autodenominada Proceso de Reorganización Nacional, el 27 de octubre en el barrio Los Hornos.
Fue confinado varios años en distintos centros clandestinos de detención y como sobreviviente, una vez restaurada la democracia, se presentó como testigo en los Juicios por la Verdad en 1998.
También declaró como víctima y testigo en el juicio por delitos de lesa humanidad en el que fue condenado el represor Miguel Etchecolatz.
Poco después de declarar, el día antes de la condena a Etchecolatz, durante el gobierno de Néstor Kirchner, desapareció y nunca más se supo de él. La última persona que lo vio fue un vecino suyo, Abel Horacio Ponce, parado en la calle 66 «entre la verdulería y el local de Edelap».

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