Desde hace tiempo que desde éste y los diversos medios de comunicación locales, se alerta respecto al mal estado en que se encuentra el camino de acceso a la ciudad y como los trabajos de reparación se demoran quedan en evidencia las falencias que el camino tiene las que además, por la razón apuntada, se multiplican.
Existen roturas en todo el trayecto y una de las más importantes es la que se ha producido sobre la mano de ingreso y en el sitio exacto en que se encuentra el «lomo de burro» ubicado frente a la fábrica de galletitas. Es tan malo el estado del pavimento allí, que la mayoría de los automovilistas traspone el sitio utilizando la mano contraria con los riesgos que dicha maniobra conlleva.
El lugar mencionado en las líneas precedentes no es, sin embargo, el peor de todos. Hace algunos días ha sido desplazado de su sitial por los baches generados en las cercanías del sitio en que se encuentra instalado el puesto de control policial. La ruta, cuando se llega a ese punto, se bifurca dejando una mano de entrada separada de la de salida por una especie de cantero y allí es precisamente donde se han producido pozos que han dejado estrecha la senda por la que se transita lo que, de noche o bajo la lluvia, si peligroso es ya pasar de día y en condiciones normales, se torna muy peligroso.
Como muchas veces ocurre en este tipo de cosas, lo que más preocupa no es la existencia de los pozos, que se producen por una cuestión natural en lugares sometidos a tan intenso tránsito, sino la escasa o nula velocidad de reacción de las autoridades. Pasan los días, las cosas empeoran y a los responsables parece importarles muy poco lo que ocurra. Se entiende que los problemas por solucionar son muchos, pero deben existir prioridades y sentido común y las dos cosas están faltando en este caso.
El Diario de Baradero
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