Sin la presencia de presidenciables, agrupaciones oficialistas realizaron un acto en el Luna Park para respaldar al Gobierno y repudiar a los holdouts. Críticas a la oposición y mensajes al seno del Frente para la Victoria
Esta tarde el estadio que sirvió en otras ocasiones al kirchnerismo para reunir a su militancia vio sus gradas colmadas por los sectores más leales a la conducción de Néstor y Cristina Kirchner, esos que componen Unidos y Organizados, entre ellos La Cámpora. También tuvo un lugar preponderante el colectivo de las Madres de Plaza de Mayo. Del gabinete nacional participaron los ministros Carlos Tomada y Alberto Sileoni, y el secretario de la Presidencia, Gustavo López.
El primer orador fue el vicegobernador bonaerense Gabriel Mariotto, quien desde el atril hizo una enérgica diatriba contra los holdouts y la deuda externa, y aseguró que nunca un gobierno popular tomó ese camino.
«El desafío no es ganar una elección a sectores opositores, es sostener la dirección histórica de este proyecto para enfrentar a quienes vienen con la receta del ALCA pero con otro molde», dijo. «Cristina puede terminar el gobierno pero no su liderazgo», añadió.
Mariotto deslizó críticas al interior del kirchnerismo que, aunque sin nombrarlo, parecieron estar dirigidas a Martín Insaurralde, el diputado que encabezó la boleta del oficialismo en las últimas elecciones y que desde hace tiempo coquetea con el massismo. «Venimos a subrayar la equivocación de quienes estando en este espacio, suponiendo que pueden ganar con otra bandera, bajan nuestra bandera y buscan ganar la elección a cualquier precio», indicó. Entonces cargó contra la «mezquindad» de los que incurren en esos pases y enfatizó que «la política es previsible».
El vicegobernador también alzó cuestionamientos moderados contra la gestión de Daniel Scioli, a quien aspira suceder. «En nuestra provincia de Buenos Aires tenemos mucho que aportar. Tenemos que recaudar más y gastar mejor, tenemos que hacer los deberes para que la Provincia esté en la línea del gobierno nacional», dijo. Y también aseguró que el Frente para la Victoria no es un lugar para quien busque estar cómodo. «El que se queda y está cómodo también está equivocado», sentenció.
Siguió a Mariotto en el uso de la palabra la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini. La dirigente centró su discurso en criticar a los «fondos buitre», pero dirigió sus dardos a los responsables de contraer la deuda. «Tengan vergüenza, nos metieron esta, nos endeudaron hasta acá y ahora nos dicen qué hacer», espetó ante un sonoro aplauso del estadio.
También Bonafini expresó sus deseos de que Cristina Kirchner mantenga una posición preponderante en el futuro político del país una vez que finalice su mandato: «Sea quien sea que venga de presidente, Cristina nos tiene que conducir».
A su turno, el líder piquetero Luis D’Elía sumó sus críticas a los «buitres de adentro, los que pasan por los canales diciendo que hay que pagar» a los holdouts. «Hay algunos que se rasgan las vestiduras hablando de la corrupción en un país en donde los buitres de afuera y adentro nos endeudaron en 190.000 millones de dólares y no hay un solo procesado», dijo.
«Hoy pretenden que un pequeño grupo de acreedores sin alma ni patria quiera modificar todo lo que se ha hecho hasta ahora. Es una vergüenza que haya algunos que se dicen argentinos y hostiguen a nuestro gobierno confundiendo al pueblo, tratando de tergiversar el debate», lanzó.
«Estamos orgullosos de que en vez de pensar en las tapas de los diarios de mañana Cristina esté pensando en los libros de historia dentro de 100 años», lanzó el jefe de MILES, y cerró su alocución con un enfático «viva Cristina».
El encargado de clausurar el acto fue el líder de La Cámpora, Andrés «Cuervo» Larroque, quien a la lista de blancos adhirió a «ciertos» medios de comunicación. «No quieren que los pueblos tengan conciencia», denunció.
El diputado señaló que «algunos ven 2015 y se hacen grandes dramas» porque «lo ven como un año de desafío electoral». Y afirmó: «No se confundan, el desafío es cultural, porque el cambio es cultural. No negamos lo electoral, pero la política se ha ensanchado», indicó.
En un mensaje a la militancia, el dirigente consideró que el kirchnerismo tiene «resuelta la discusión de la conducción» de cara al futuro, que depositó en la Presidente. También evaluó como «arto discutido» el rumbo del proyecto, pero consideró que quedan lineamientos para debatir para lo que viene y allí pidió focalizar las discusiones. «La estrategia electoral va a venir el año que viene, nos quieren cambiar la agenda», culminó.
El acto se celebró en una fecha que coincide con el recuerdo de la denominada reconquista de Buenos Aires tras la invasión inglesa de 1806, un concepto que los oradores utilizaron para comparar a aquella gesta con la disputa que hoy el Gobierno sostiene con los holdouts por la deuda impaga en la Justicia de los EEUU.
Fotos. Nicolás Stulberg
Infobae
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