Marcos caminaba por la avenida Callao, a la atura de Alvear, en el barrio de Recoleta, cuando se cruzó con “José”, un hombre en situación de calle, cuya vulnerabilidad lo conmovió. Luego de ofrecerle dinero e intercambiar con él algunas palabras de aliento, el joven creyó que esa persona necesitaba algo más. Y entonces, lo estrechó en un abrazo.

Una mujer grabó el gesto de contención de Marcos desde un bar cercano, y el video se viralizó. A tal punto, que llegó a saberse más acerca de la vida de José, que resultó llamarse Antonio, un hombre que se ausentó de su hogar meses atrás y a quien su esposa estaba buscando. Al hablar con LA NACION sobre las repercusiones de su acto, el joven, de 30 años, aseguró: “El video puede concientizar para que nos ayudemos entre todos en estos tiempos tan difíciles”.

“Yo caminaba por Callao y venía una persona inclinada llevando unas bolsas. Te das cuenta cuando a la persona la vida lo castiga. En general, yo soy de ayudar y me conmovió bastante verlo así”, cuenta Marcos, que vivió esta experiencia el jueves 22 de septiembre. El joven prefiere mantener en reserva su apellido y, tras volverse viral, era reticente a hablar con los medios, pero esa actitud se rompió cuando escuchó la provocativa pregunta de una amiga: “¿No te parece egoísta tener la posibilidad de dar un mensaje y no darlo?”.

“No me abrace, estoy sucio”

Marcos continúa con el relato de su encuentro con José: “Me dice: ‘Disculpas, señor’. Y yo le digo: ‘No me digas nada’. Le doy 500 pesos y me dice: ‘Es mucha plata’. ‘Aceptalo, andá y comé algo’, le digo”. Entonces, el hombre en situación de calle le pregunta al joven qué quiere que él haga a cambio del dinero. “Simplemente que levante la cabeza y la siga remando como todos los argentinos, que hay un montón que la pasan realmente mal”, le contesta Marcos.

“El hombre me dice: ‘Es que estoy muy cansado’ y se larga a llorar. Se quiebra. Lo abrazo y me dice: ‘No me abrace, porque estoy sucio, tengo olor’, pero lo sigo abrazando de todas maneras”, narra el joven, que luego añade: “Me pregunta: ‘¿Por qué lo hace?’, ‘Porque es un ser humano’, le digo y ahí se quiebra y llora desconsoladamente. Lo sigo abrazando hasta que se compone y no me acuerdo las palabras que le digo, pero es algo para que la siga peleando”.

Luego de ese gesto, Marcos se fue, sin tener idea de que su accionar había sido filmado desde la mesa de un bar por una vecina llamada Adriana, y que pronto se viralizaría. Y que, además, la historia no terminaría allí. “Un abrazo en los peores momentos siempre ayuda, es contención, es amor, es compañía. Un amigo que vive recitando el Martín Fierro, diría: ‘Un palenque ande ir a rascarse’”.

Tras la difusión del abrazo entre Marcos y “José”, apareció en la historia Claudia, la mujer del hombre en situación de calle, que, en rigor, se llamaba Antonio y que se había ido de su casa unos meses atrás. Desde entonces, su esposa lo estaba buscando. Ella vio las imágenes y buscó contactarse con el joven para que le diera alguna pista más sobre el paradero de su marido.

“Buscamos a José, su nombre real es Antonio, tiene problemas psiquiátricos y su mujer Claudia lo está buscando por Recoleta. Armemos una campaña en solidaridad con todos los argentinos”, escribió Marcos entonces en una cuenta de Instagram, @Unabrazodecorazon, que armó especialmente para encontrar al hombre.

Claudia contó en Mediodía Noticias (eltrece) que su marido se había ido de la casa el 7 de julio y que ella había hecho la denuncia correspondiente. “Se le murió la mamá y entró en un pozo depresivo muy fuerte”, dijo la mujer, que circulaba por las calles de Recoleta repartiendo papeles con una imagen de Antonio para poder dar con su paradero.

Finalmente, en la última comunicación que tuvo Marcos sobre el tema, le informaron que la búsqueda de la mujer rindió sus frutos, ya que Antonio fue hallado en un bar. Los detalles de este encuentro y de cómo seguirán las vidas de Claudia y Antonio permanecen en reserva, pues ya forman parte de la vida privada de la pareja.

“Me gustaría que la gente salga a ayudar”

Marcos está sorprendido, para bien, por la repercusión que tomó su gesto. Es consciente de que todo es efímero, pero quiere aprovechar esta exposición para generar un movimiento positivo en las personas. “Esto es fama de dos segundos, pero para aprovechar el impulso de que a muchas personas les conmovió el video, lo que me gustaría es que la gente salga a ayudar con lo que pueda, tiempo, palabras, plata, tratando con dignidad y humanidad de las personas”, dice el joven.

“Lamentablemente, hoy no te tenés que mover demasiado para encontrar a alguien que necesita ayuda. Con esto que pasó se tiene la posibilidad de llegar a gente que habitualmente no se toman el tiempo o no están predispuestas a ayudar, pero con el video se concientizan un poco más para ayudarnos entre todo”, agrega.

“Está muy difícil la situación y en esta sociedad de consumo hay veces que uno no frena y no se da cuenta que con tener un colchón, una ducha caliente y un plato de comida tenemos lo esencial para ser felices. Pero siempre estamos a las corridas. No hay tiempo para mirar al costado”, reflexiona.

En línea con su espíritu solidario, Marcos recomienda dos “agrupaciones transparentes” donde la gente puede llevar su ayuda en estos tiempos difíciles. Una es Madero Solidario y la otra, Asdra (Asociación Síndrome de Down de la República Argentina). Y finalmente, el joven hace un último comentario sobre su sorpresa por la repercusión del video con el abrazo: “Se terminó viralizando demostrar un poco de humanidad hacia una persona que estaba en situación de calle ¡Cómo con algo tan básico se puede generar un impacto tan grande!”.

LaNacion

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