Historias sobre el astro de la selección Argentina de Futbol, Lionel Messi, hay muchísimas, pero a horas de comenzar el Mundial 2014, nos pareció importante poder compartir con ustedes lo vivido por una familia baraderense, donde para ellos Lio es mucho más que ese genio del futbol.
Bauti como millones de chicos en el mundo, admira a Lionel Messi….en la casa de la familia Ocampo, era media mañana de un día como tantos otros, hasta que dejo de serlo, un amigo Nelson David Vivas, destacado futbolista y amigo de los Ocampo, los llama y les dice “los espero en Bs As le vamos a cumplir el sueño al NEGRO tráete una cámara de fotos y unos pañuelos” les dijo por teléfono, y ahí emprendieron un viaje relámpago a Bs As.
A papá y mamá sabiendo la verdad, se preguntaban como armar ese viaje relámpago sin que sus hijos, sobre todo Bauti no sospecharan nada. Los chicos, estaban asombrados, tenían que ir a la escuela y de repente viajaban en familia a Buenos Aires, pero sin saber adónde y porque.
El fútbol, quizás más que cualquier otra actividad en la vida, nos regala días inolvidables…y sin dudas ese día no fue cualquier día.
Al llegar al predio de AFA en Ezeiza, la excusa fue un tema laboral y cuando se abrió la barrera del predio Bautista emocionado le comentó por lo bajo a su hermano Tomy: “acá están los jugadores de la selección y tal vez esta Messi…», pero rápidamente sus papas Anabela y Walter le dijeron, «no hijo Messi y los demás jugadores están en el hotel”.
Recorrieron varios lugares, hasta que su amigo Vivas los hace ingresar al hall principal de la concentración, un lugar muy lindo con muchos cuadros y camisetas de la Selección Argentina de los últimos 50 años, un lugar donde los amantes de este popular deporte se quedarían horas viendo y recordando.
Al finalizar el hall llegaron a la sala de estar donde los jugadores reciben a sus familiares, charlan, miran tele y demás. Una vez allí, Bauti empezó a sentir la alegría de ver a tantos jugadores, a quienes pudo saludar, estaban el Kun Agüero, Mascherano, Maxi Rodríguez, Desabato, Braña, entre otros. Tomaban mate, charlaban con familiares y amigos, jugaban a la Play Station.
Mientras Bauti, miraba para todos lados en busca de su ídolo, su papá charlaba con Braña sobre Marcos Barlatay con quien el mediocampista jugó en Quilmes.
Eran muchos los jugadores que allí estaban, pero Lio no estaba. De pronto se abre una puerta y entra como pidiendo permiso Lionel Messi, para los Ocampo es difícil describir ese momento, emoción, felicidad, orgullo, la cara de su hijo solo era felicidad plena.
Messi saluda a un grupo de personas que allí estaban y cuando termina, Bautista estaba paralizado en el mismo lugar, con ojos brillosos, esperando para saludarlo pero sin poder avanzar. Lio se paró frente a él y le dijo “hola Bauti” y antes que pudiera decir algo más, Bautista se abalanzó sobre el y lo abrazó fuertemente sin decir una palabra pero llorando de emoción.
Ese momento quedará grabado en la familia para toda la vida, todos lloraban y el propio Messi los consolaba con una sonrisa marcada en los labios.
Con esa simpleza y humildad única de los grandes, una de las personas más famosas del mundo, les regalo a esta familia de Baradero un momento mágico.
El jueves comienza un nuevo Mundial de Futbol y cuando en la redacción de BTI conocimos esta historia, le pedimos a los Ocampo su ayuda para poder compartirla con todos. Porque creemos que ante tanta gente con el ego sobrevaluado, es lindo saber que ese pibe rosarino que conmueve al mundo, mantiene los pies sobre la tierra y no duda dentro de su ajustada agenda, en regalarle unos minutos a un niño desconocido que lo admira. Para Bautista hoy y siempre Messi será mucho más que el mejor jugador de futbol del planeta.
Gracias Anabela, Bautista, Tomy y Walter por permitirnos compartir esta historia.
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