
Independiente de Mones Cazón, de muy buenos primeros 45 minutos, se impuso 1-0 pero no le alcanzó porque Rivadavia había ganado 3-1 en Baradero.

“El fortín” jugó casi 70 minutos con uno menos por la expulsión de Vásquez en la primera etapa y apeló a la entrega y al overol para aguantar y lograr la clasificación. Ahora se viene Jorge Newbery de Venado Tuerto, que dejó en el camino a Defensores de Salto …

Ante la necesidad de revertir el resultado, Independiente dejó de lado el planteo mezquino y conservador del partido de ida en Baradero y salió a jugarlo con tres delanteros, Navarro, Carrizo e Hidalgo, que ingresó por el expulsado Villarreal.

Rivadavia se paró con 2 líneas de 4 y con Vásquez y De Lucca en ofensiva. Los primeros 25 minutos fueron equilibrados, con situaciones para los dos conjuntos. Independiente arrimó peligro primero con una buena combinación en ataque que terminó con Carrizo perdiéndose el tanto mano a mano con Pontalti que le achicó bien los espacios.

También “el fortín” tuvo sus chances claras; primero con cabezazo de Vásquez entrando por el segundo poste que se fue apenas arriba del horizontal, tras una escalada de Reduto por izquierda. Y después complicó con un tiro libre de Martín Ríos del borde del área que hizo lucir a Lede.

A los 26 minutos, el partido hizo un quiebre con la polémica expulsión de Vásquez. ¿Porque polémica ? Porque estaban encimados el delantero de Rivadavia y Pagano y con Gadea de espaldas por completo a la acción cae el marcador de punta del local y el árbitro sin dudar y sin apoyarse en los asistentes le muestra la roja a Vásquez.

A partir de ese momento Independiente se volcó en ataque y en 10 minutos le creó no menos de 5 situaciones netas de gol. Lo perdió Carrizo 2 veces, en la segunda mano a mano donde definió suave a un lado, la alcanzó a tocar Pontalti y la pelota dió en el palo y volvió a las tenazas del “1″.

Luego salvó la caída Bento, cuando Navarro definía tras el centro rasante al área y también se salvó Rivadavia con un frentazo de Biain desde la medialuna que casi se cuelga del ángulo derecho de su propio arco.

El conjunto del barrio de la estación había perdido la brújula y le costaba agarrar la pelota en el medio y por ende sufría bastante cuando generalmente con superioridad numérica encaraban a los laterales.

Pontalti se hacía enorme, tapando pelotas increíbles y descolgadas y cuando no se podía sacando con los puños todos los envíos al área.

Cuando parecía que Rivadavia iba a terminar el primer tiempo 0-0 y hacía un gran negocio porque Independiente de Mones Cazón había sido claramente superior, en el descuento llegaría la apertura del marcador. El árbitro marcó un penal de Biain sobre Sánchez y Navarro definió con solvencia arriba e hizo nula la estirada del arquero.
En el complemento, pese a seguir jugando con un hombre menos, Rivadavia mostró más tranquilidad y se hizo fuerte en el medio, donde había dado ventajas en el primer tiempo.
Fue importante en ese balance que encontró “el fortín” el ingreso de Nico Pérez, por el lesionado Reduto que había hecho unos primeros 20 minutos buenos. Luego saltó a la cancha Bulgarella, por un De Lucca que a esa altura estaba exhausto por el desgaste de tenérselas que arreglar sólo arriba gran parte de la primera mitad.
Los minutos fueron pasando, Rivadavia esperaba bien armado atrás y apostando a alguna aparición fugaz de Frete y Ríos. El local no tuvo la claridad y la profundidad que había mostrado en el primer tiempo y ya casi no complicaba a Pontalti.
En los instantes finales algún susto para Rivadavia, con los hinchas de Baradero de fondo que se animaban a festejar y cuando el árbitro señaló el círculo central se desató la algarabía, la alegría, el éxtasis de una clasificación sufrida, ante un dignísimo rival y a seguir soñado…Total como dijeron por ahí, soñar no cuesta nada…
Fuente: Carlos Bordoli Soler – Deporte al Instante
Fotos: José Antonio Fernández
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