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Martín Macchiavello [email protected]

…y otros cuentos del Argentino C. Olé te presenta las perlas del campeonato más federal del fútbol argentino. Se juega por los puntos, de Ushuaia a La Quiaca, del llano a la altura… Hay goleadas, equipos reconocidos, carcelarios… De todo. Escribí y contanos las mejores historias de tu cuadro preferido.

En la garganta del Chaco Barbosa hay una campanilla que se sonroja. Que se golpetea alocada. Que rebota por todos lados con sensación de explosión. Que juega con los tiempos y los espacios en la canchita de Barrio Belgrano. El Chaco Barbosa allá en Los Toldos, rompe la monotonía del pueblo bonaerense, a 329 kilómetros del Congreso Nacional, que vio nacer a Eva Duarte. De repente, a Emamnuel le alcanza un primer tiempo para clavar un doblete de antología y comenzar a definir una suerte de clásico regional, la revancha del torneo Unificación que la última vez se llevó el propio Boca de Carlos Casares, ahora derrotado. Y nunca se sabe lo que puede pasar en un Argentino C lleno de historias mínimas. Alguna vez, defendiendo la misma pilcha como Barbosa, un tal Mateo Nicolau hizo leyenda con esos mismos colores, según se deja leer en «Viamonte FC, 100 años del Decano». ¿Y quién era el tal Mateo Nicolau? Hasta que llegó la Pulga Messi al Barcelona, el jugador argentino (de breve pasado en San Lorenzo) con más títulos en el equipo catalán: entre 1949 y 1952, se llevó dos Ligas, dos Copa del Rey, dos Copa Latina y dos Copa -casualmente- Eva Duarte, como se llamaba antaño la actual Supercopa española. Hoy Barbosa, esperando ya el duelo de la segunda fecha de la zona 61 del Torneo del Interior, su segunda final del mundo contra Once Tigres de 9 de Julio, bien debe saber que lejos está de Leo Messi. Pero que así como Mateo Nicolau, el fútbol chacarero siempre tiene algo para contar. ¡Bienvenidos al Argentino C edicón 2011!

En la vuelta al fútbol por los puntos, el TDI ofreció toda clase de espectáculos que Olé recoge y comparte como simples muestras de foklore y admiración por el juego en todas sus dimensiones. De hecho, en este campeonato de más 300 equipos organizados en 84 zonas y clasificatorio para el Argentino B, hubo este fin de semana partidos para destacar. De Sur a Norte. De Este a Oeste. De ayer y hoy…

Se jugó en Ushuaia, por ejemplo. Zona 84, claro. La última. Caída del mapa y del fixture… Cancha de césped artificial el Hugo Lumbreras, donde todos hacen de local y visitante alternadamente, porque enero pinta relativamente liviano pero… En invierno se llena de nieve. Los Cuervos del Fin del Mundo, una filial de San Lorenzo de Almagro que tomó vida propia, se había ido al entretiempo dos goles abajo. Pero, en el complemento, lo dio vuelta y le ganó 3-2 a Libertad. Linda tarde de sol con escasos 9° y a 3.048 kilómetros del Obelisco. Pero claro, siguiendo la línea imaginaria de una pelota rechazada, y por qué no a la añeja aventura musical de León Gieco, 5.171 kilómetros separan a Ushuaia de La Quiaca. Y en La Quiaca, a escasas cinco cuadras de Villazón, ciudad fronteriza boliviana, también hubo fútbol oficial argentino.

¿Te acordás que cada vez que un equipo argentino, la Selección o un club X, tiene que ir a jugar a la altura de La Paz empezamos con los cuestionamientos, con la adaptación, con la fisiología, con el «ahí es inhumano jugar al fútbol» o con los ‘equipos fantasma’? Pues bien, en el Centro de Alto Rendimiento de La Quiaca, el mismo lugar que eligió como búnker Daniel Passarella en la previa del juego con Bolivia de las Eliminatorias para Francia 1998 (el del particular corte de Julio Cruz), empataron 1-1 el elenco local General Lavalle frente a Monterrico San Vicente. ¿Y? Jugaron a 3.600 metros sobre el nivel del mar. Es decir, casi a la misma altura que el mítico estadio Hernando Siles. En esas condiciones, Triperos y Tabacaleros repartieron puntos. Y nadie se quejó por la falta de piernas sobre el final ni por pelotas que pican para cualquier parte aunque no doblan…

Hubo mucho más, claro. Perlitas. ¿Cuáles? En Lobos, provincia de Buenos Aires, el Athletic Club cayó en su casa frente al Madreselva… Vale decir que Lobos AC es un histórico del fútbol nacional, uno de los pioneros del Amateurismo, incluso mucho antes que el multicampeón Alumni. Por caso, se convirtió en el primer club del Interior de Baires que practicó fútbol y también el primero que salió del país por primera vez para jugar internacionalmente. Además, fue subcampeón de Lomas AC y de Belgrano AC en 1898 y 1899, respectivamente. Pero cuando Santiago Vizzio, el 9 de Madreselva, le clavó el 1-0 a Gonzalo Gruccio, los manuales de historia se prendieron fuego. Y hablando de fuego…

No se trató de un incendio forestal en el Sur. Aunque Belgrano de Esquel estuvo hecho un fósforo XXL ante Boca Unidos de Bariloche. En el Dante Aristeo Brozzi se vivió la máxima goleada de la primera jornada: 9-1 en jornada calurosa y en cancha cansadora de pasto alto. ¡Y pensar que llegaron a ir 1-1! Fue la gran tarde de Matías Willhuber, autor de un hattrick y la tarde olvidable de Carlos Riquelme, arquero del Xeneize barilochense. ¿Si pegó la derrota? Con escasos 90 minutos jugados, Flavio Betancor, DT derrotado, ya amagó con renunciar. Sí, exitismo en el Argentino C. Otra de las tantas historias mínimas del fútbol argento…

Si querés conocer todos los resultados del TDI, podés consultar http://ascensodelinterior.com.ar/portal/index.php/tdi.html.

Si vos tenés alguna historia mínima para compartir, también podés escribirnos. Esperamos imágenes y tu información.

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