¿Qué hacen los restaurantes y bares con la comida que preparan pero que no llegan a vender? ¿La tiran? No todos.
En particular, un caso en Tucumán está llamando la atención del país. Es que el dueño del negocio gastronómico decidió poner una heladera en la vereda con la comida que no se vende para que quien quisiera o necesitara pudiera disfrutarla.
Fernando Ríos, dueño del restaurant Muña Muña de Tucumán, contó su historia «Somos una sociedad dueña de tres bares, y hace años venimos pensando qué hacer con el volumen de comidas que diariamente tiramos», contó.
«Nos parecía un horror tirar comida que terminaba en un contenedor de basura, y la gente buscaba en las peores condiciones. Pensamos que entre nuestro negocio y el contenedor debía haber algo en el medio que sea digno», reflexionó.
Entonces así surgió la idea «de racionar la comida apta para el consumo en bandejas que estén clasificadas y rotuladas, y ponerlas en una heladera que conserve el frío 24 horas para quien lo necesite», precisó. La heladera está en la vereda: de 9 de la mañana a 12 de la noche.
El empresario lamentó: «Hay un vacío legal porque no está prohibido pero tampoco está regulado, por lo que nos desalentaba tomar esta iniciativa». Por suerte, se animaron. «Funciona muy bien», celebró.
«Quien quiere puede abrir la heladera y tomar la comida, y ahí es cuando apelamos al comportamiento responsable. Pusimos un cartel que dice “tomar solamente lo que necesites”, explicó.
«Nos sorprendimos mucho por la participación vecinal enorme, de gente que se fue enterando. Siempre pensamos el proyecto producido por nosotros, pero un montón de vecinos nos empezaron a dar comida para la heladera», relató.
«Ahora los vecinos que quieren participar saben que tienen que porcionar, clasificar, poner un rótulo y que su participación sea responsable desde su propia casa con toda la familia. Es muy emocionante ver a los nenes poner las bandejas en la heladera para que otras familias coman», se entusiasmó.
¿Quiénes se benefician con la iniciativa? «Hay de todo, algunos que se nota que no la están pasando bien, pero también hay muchas personas mayores que no les alcanza la jubilación a fin de mes aunque no sean pobres», relató.
Una iniciativa sin marco legal claro
Mucho lo debatieron los responsables de Muña Muña al proyecto, porque se asesoraron y descubrieron que «no hay un marco legal con la figura del donante de alimento».
A la vez, «hay un mito de que una vez un sin techo le hizo juicio a una cadena de comida rápida en Ohio, y por eso pareciera que se volvió el gran pretexto de las grandes cadenas alimentarias para no donar su alimento».
Reflexionó: «Viste cuando te dicen “Para qué te vas a meter en eso”. Yo creo que el vacío legal es completamente funcional al pensamiento de los empresarios de no ayudar. Lo que nosotros queremos es que se discuta ese vacío legal, que en todo caso pretenden tirar la comida apta para el consumo».
Fuente: redacción Rosario plus
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