La falta de responsabilidad de algunos conductores y las picadas de motos más la ausencia del estado se combinaron para un resultado esperado: la salida del director de Inspección General. Llegará un reemplazo. Pero la solución de fondo es otra.

El excomisario Jorge Ortega decidió dejar la función pública como director de Inspección General y presentó esta semana su renuncia indeclinable. Su sucesor: Alejandro Messina, vicepresidente del Foro de Seguridad.

Ortega, quien supo estar a cargo de la comisaría de San Pedro, llegó al gabinete de Cambiemos para ocuparse de un área muy compleja en nuestra ciudad: No solo por las muertes registradas en el tránsito sino también porque deben cubrir el área de los controles comerciales que si bien está a cargo de José Luis Cejas, es un área integrada a Inspección General. Y ante tamaña responsabilidad nunca contó con los recursos necesarios para cubrir la demanda. La falta de inspectores de tránsito es una falencia que el estado municipal arrastra desde hace tiempo y nunca supo resolver.

Ortega también, por su experiencia policial, fue uno de los instructores de la Policía Local. Y en un principio los egresados iban a estar a su cargo; finalmente se incorporaron a la Policía Comunal.

Los controles de tránsito se intensifican un tiempo, luego decaen; lo mismo ocurre con las campañas de prevención vial.

Más allá de la responsabilidad individual de cada conductor y peatón que transita la vía pública baraderense, no se puede soslayar la presencia del estado municipal.

Un estado que debe proteger la vida de sus habitantes, de sancionar a quienes no cumplen con las normas de  tránsito para resguardar no solo la integridad de ellos sino también la de terceros.

Es cierto que en Baradero tampoco podemos vivir con inspectores en todas las cuadras ni semáforos en todas las esquinas. Por eso el estado debe estar presente en los lugares más conflictivos. Y no lo está.

En los últimos controles de tránsito conjuntamente con la Policía Comunal, sobre todo apuntado a las motos, no solo detectaron infracciones por falta de documentación y casco sino que también han encontrado motos que tenía pedido de secuestro o incluso personas con antecedentes policiales que tenía pedido de captura o de paradero activo.

Baradero vive una situación puntual con las motos, y a veces la presencia de autos, que corren carreras clandestinas, también llamadas “picadas”. Los lugares predilectos son puntuales y todos los sabemos y ya lo hemos remarcado. Los reiteramos: la costa (calle Almirante Brown), la ruta 41 y su rotonda, la calle 4 de Febrero, el acceso, la calle Colombres y su continuidad en Bernabé de San Martín, el camino a Alsina. “Picadas” que se intensifican las noches y madrugadas de los fines de semanas pero que también dicen presente en la semana, sobre todo en esta época del año: la del verano y las vacaciones. Que coincide que los meses donde miles de turistas visitan nuestra ciudad, quieren salir a pasear, a disfrutar (como lo hacemos los propios baraderenses) pero resulta que salen a dar una vuelta y se encuentran con los irresponsables que ponen en riesgo su vida y la de todos.

Luego de la muerte del joven Schiro, el pasado fin de semana, los controles en la costa se intensificaron y no hubo picadas en ese sector.

Más allá del nombre, el rumbo

Planificar una política de prevención y control del tránsito es lo que necesita Baradero más allá del cambio de nombre de un funcionario. Si solo cambia el director pero todo sigue igual, no sirve. Y es lo que nos viene ocurriendo: Pasaron por el cargo Ricardo Bogado, el ex comisario Alberto Gómez, Pablo Scarfoni, Cecilia Etcheverri, José Luis Cejas, y el excomisario Adalberto León. Todos ellos durante los mandatos de Ricardo Montesanti y Aldo Carossi como intendentes.

Entre medio ocurrieron, entre otras, las muertes de Matías Patrenostre, Miguel Portugal y Giuliana Jiménez, y Nazareno Giufe.

Con el cambio de gobierno, la intendenta Fernanda Antonijevic designó a Ortega, un hombre también vinculado a la Iglesia Impacto de Fe, y a poco más de dos años de mandato ya debe cambiar de funcionario.

Imagen ilustrativa

Las cámaras de seguridad

Todos los contribuyentes pagan el Fondo de Seguridad (FOSE) en las tasas municipales. Parte de ese dinero se debe destinar al sistema de monitoreo urbano. Las cámaras primero tienen que funcionar. Luego si funcionan no deben tener ningún obstáculo en su radio de alcance como carteles o árboles. Recién ahí, las cámaras también pueden servir para controlar el tránsito. Al detectar una irregularidad desde el centro de monitoreo se puede enviar un móvil ya sea de Inspección o de la Policía.

Otros pasos al costado

La salida de Ortega se sumó a los alejamientos de Julio Scollo (Obras Sanitarias) y de Ricardo Schlegel (Producción).

Publicado por La Opinión Semanario (Edición del 02/03/18)

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1 COMENTARIO

  1. Hola! Me gustaría opinar aqui… ya que veo que no se está haciendo nada de nada… lo que falta es EDUCACION y CRITERIO! Para eso hay que poner SEÑALES, pintar las sendas peatonales, señalizar los cruces, poner carteles de PARE, USE CASCO, DESPACIO ESCUELA, RESPETE AL PEATON, etc etc… ya está todo pensado, solo hay que ejecutar… cuando hay campañas politicas aparecen carteles en ultra HD de la cara de todos los que prometen y proponen pero después no hay cartel en Amarillo y Negro que diga DESPACIO ESCUELA! El cartel de mano única que está en 4 de Febrero y Rura 41 no es el reglamentado y así tengo para un rato largo mas… Por favor, señores del HCD aprueben con criterio y gasten bien el dinero en las obras!!

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