
Cada vez que se construyeron cordones cuneta en nuestra ciudad, desde estas páginas se lo ha celebrado. Es que vistas las consecuencias de esta obra, no queda más alternativa: mejora toda la zona en la que se construyen, aparecen las veredas, se compacta la tierra de la calle de mejor manera y, especialmente, se logra un escurrimiento de agua mucho mejor.
Las últimas lluvias trajeron consigo los problemas que habitualmente y más que nada en los últimos tiempos, ocurren en nuestro medio a causa de que el caudal de las precipitaciones se ha visto aumentado significativamente; por ejemplo, en el recordado sábado 10, cuando se había programado la disputa del primer partido final por la Copa Libertadores de América entre Boca y River, llovió en ese solo día, una cantidad mayor a la que era el promedio histórico mensual por lo que se vieron zanjas anegadas, agua que desborda y entra en las viviendas de los vecinos. No se necesita mucho para imaginar las consecuencias sumamente desagradables que la situación acarrea.
Las zanjas de evacuación de aguas pluviales tienen el mantenimiento de siempre, pero no pude evitarse la desaprensión de muchos, cosa a la que en más de una oportunidad se ha hecho referencia, en cuanto a que se arroja en ellas los más inesperados elementos. Hace unos días, una familia debió ser ayudada por los bomberos voluntarios ya que la vivienda que ocupaba esa familia había resultado totalmente anegada. Logrado el desagote mediante una bomba mecánica de succión, se realizó un reconocimiento de la zona para comprobar que, a escasos metros de la casa inundada, vecinos habían hecho, a manera de alcantarilla, un puente construido con maderas que, ante el pesos de los rodados que lo cruzaban terminó derrumbado y cerrando el flujo de agua por la zanja causando de manera indirecta, el perjuicio de la familia aludida.
Se han sacado de adentro de las zanjas de desagüe, hasta cocinas y heladeras; y de allí para abajo todo lo que se le ocurra al que lee.
No se trata de una panacea, por supuesto, pero la construcción del cordón cuneta ayuda de gran manera a que estas cosas ocurran con menor frecuencia. La municipalidad posee los moldes para realizar los trabajos, también el personal capacitado y, eventualmente puede ser que no haya los fondos para costear las obras, pero eso pude ser suplido de alguna manera hasta con la contribución de los propios vecinos beneficiados.
Se trata de una obra sencilla rápida y eficiente que, además, es necesaria. Con gusto se vería que den comienzo los trabajos y que, a poco andar, toda la ciudad tenga el cordón cuneta que se necesita para mejorar la calidad de vida de todos.
El Diario de Baradero
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