Las últimas hebras del atardecer

deshilachan lenguas de fuego en un cielo sin fin.

 

Los techos de chapa

crujen el postrero calor de la tarde y aflojan los clavos.

 

El cieguito Amartino

de sombrero impecable demora la ochava de Farmacia Italiana.

 

 La palmera en la plaza

abandona el dátil maduro que bendice los pastos.

 

La arcaica huella de un celeste jacarandá de noviembre

terca y violácea subsiste en las ocres baldosas.

 

El lento triciclo de Caíto Martig

pedalea una última entrega por el boulevard de los proyectiles de hierro

de Brown el «Gran almirante» de bronce.

 

 El par de abanicos translúcidos del regador

con sus aguas le roba el perfume a la tierra mojada.

 

Las juntas de alquitrán del asfalto  melosas

se enfrían al cierre de la tarde estival.

 

El bastón de rústico palo de Maceta

¡toc! ¡toc!

por las calles del pueblo renguea

la arqueológica pierna vendada.

 

El Chevrolet treinta y siete de La Voz de los Barrios/

de don Antonio Parissi

rezonga el remate del fin de semana

al doblar en la esquina del Quiosco de Skiba.

 

La sombra en las mesas de afuera

—de Marconi, de Viale, del hotel y La Suiza—

oscurece aún más al Pineral con Coca-Cola, limón y cubitos

que reluce en un vaso empañado de hielo.

 

José Gómez, quien por esas mesas desafina el tango Nostalgias,

guarda medio tubo de tinto en el bolsillo del saco averiado.

 

 La doctoral capa negra de Asprella, el aterciopelado Patilla,

espanta el polvo a su paso, los bichos,  —y a los pibes que huyen.

 

La perezosa persiana de la tienda La Flor del Día,

que tira el gancho de Jaime (El Turco Mizrahi),

en las manos de Alberto (El Turco Hisi),

ahora arría su queja metálica.

 

La bocanada final del último pucho

de un atado de negros de quince sin filtro,

pita la comisura de los pendencieros labios

del mítico y bravo Mili Genoud.

 

 El pálido brillo amarillo en los cables

for fin balancean las únicas tres luces

de cada cuadra oscura del pueblo.

 

Y así fallece la tarde.

 

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New York, 6 de junio de 2015

Ilustración: Plaza Mitre e Iglesia de Santiago Apostol. Trabajo editorial en blanco y negro; modificado a partir de una imagen fotográfica en color. Disponible en el Internet sin atribución autoral.

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