Lo que era una fiesta se transformó en un escándalo este viernes en la final del Mundial de talla baja entre Argentina y Paraguay celebrada en el microestadio de Argentinos Juniors. Cuando el encuentro estaba 3-1, el seleccionado visitante decidió abandonar el terreno de juego, enojado con el clima hostil que se vivía y los fallos arbitrales. Varias horas después se confirmó que el título fue para el local por abandono del rival.

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