Charly García cumple años. Sí, llegó a los 60. Parece mentira pero los años pasan y también para nuestros artistas. Más allá de sus idas y vueltas, el músico sigue de pie haciendo lo que más le gusta, música.
Desde muy chico demostró sus cualidades. Dueño de un oído absoluto, a los cuatro años ya tocaba el piano. Poco tiempo después sorprendía con sus conciertos. Pero, entre clásico y clásico, se daba el gusto de meter un arreglo que sus profesoras no descubrían.
Creció dentro de un hogar con mucha música. Su madre era productora de programas de folclore en radio y televisión. Carlitos compartía cenas con grandes figuras de nuestra música.
Escuchó a los Beatles y sus gustos musicales quedaron bien en claro. Quería tocar rock. En el secundario, Dámaso Centeno de Caballito, conoció a Nito Mestre, su primer socio musical, y con otros compañeros formaron el embrión de Sui Generis. Ya era Charlie García (así se lo llamó en los primeros años).
Llegaron las primeras canciones, hoy forman parte del cancionero popular, las grabaciones y el éxito. Dos melenudos desgarbados eran lo más escuchado por la juventud argentina del principio de los 70′. “Rasguñas las piedras”, “Confesiones de invierno”, “Canción para mi muerte” se convirtieron en temas que no podían faltar en los campamentos. El dúo se convirtió en la banda de sonido de los adolescentes.
Su mirada tan particular y su forma de escribir entrelíneas le sirvieron para no aparecer en el ojo censor de la dictadura. El artista supo ser un cronista de la realidad y manifestarlo en sus canciones.
Pero, Carlos García Moreno o Charly García o simplemente Charly, no se quedó quieto y fue por más. Empezó a investigar y a descubrir nuevos sonidos. El rock progesivo lo atrapó y empezó a experimentar con “La máquina de hacer pájaros”. Luego de dos discos, este camaleón musical, tuvo otra idea: se fue a Brasil con otro destacado músico, David Lebón, y le dio vida a Serú Girán.
Resistidos en un principio por la crítica, se convirtieron en los Beatles argentinos. Charly regaló canciones hermosas. A principios de los 80′, en plena Guerra de Malvinas, pidió a gritos “No bombardeen Buenos Aires”.
El compositor notó que tenía que dar otro paso en su ascendente carrera musical. Llegó una excelente etapa solista con discos que marcaron un giro en lo musical: Yendo de la cama al living, Clics Modernos, Piano Bar, Parte de la religión, Cómo conseguir chicas y Filosofía barata y zapatos de goma.
Los 90′ lo encontraron de otra forma. Se tiñó de rubio en homenaje a Kurt Cobain y empezó a a gritar a los cuatro vientos “Say no more”. Dejó de bajarse los pantalones y empezó a saltar al vació desde un noveno piso.
Otra vez, el artista cambió, mutó. Su estado de salud no lo acompañó y luego de la intervención judicial se lo pudo recuperar.
Charly forma parte del ADN argentino. Se animó a todo, hasta grabó una nueva versión de nuestro Himno. A los 60 sigue con todo y a poco de presentar un nuevo espectáculo. Gracias por tanto y ¡Feliz Cumple!
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