
Por Alexis Urquiza.
3 – Evangelización en América.
3.1 La orden franciscana.
Antes de abocarnos a los hechos del Padre Bolaños, es necesario realizar una breve reseña acerca de su orden -la de San Francisco- que fue la primera en arribar al Río de la Plata.
Desde su creación en el año 1209, con su fundador San Francisco de Asís, y por varios siglos, la orden franciscana tuvo su esplendor como exportadora de misioneros por todos los rincones del mundo. Fue la primera orden religiosa en llegar a América. Brasil, Puerto Rico, México, La Florida, Perú entre tantos otros, hasta arribar a nuestras tierras.
Se habla de los primeros franciscanos arribados al Río de la Plata en la época del adelantado Pedro de Mendoza (1536–1541). Los primeros documentos dan testimonio acerca de “franciscanos” sin dar detalles de los nombres, pero todos corroboran su presencia como la primera orden en llegar aquí.
Fray Bernardo de Armenta y Lebrón son de los primeros nombres que aparecen documentados. Aunque es en el año 1565 cuando se presenta, tal vez, el primer franciscano de trascendencia venido a este territorio: el fray Juan Pascual de Rivadeneyra, quien llegó a Santiago del Estero desde el Perú. Fue el organizador de varios conventos, como el de Tucumán, Santa Fe y Buenos Aires, y continuo reclutador de misioneros desde España.
Pero es en 1575 cuando surgen en Asunción dos descollantes figuras de la misión: el padre Alonso San Buenaventura y su inseparable compañero fray Luis Bolaños.
Franciscanos, Domínicos, Mercedarios y jesuitas llegaron en ese orden al Río de la Plata. Sumado a estos, el clero secular.
[1] Véase (Córdoba 1934 Ob. Cit.; E. Gandia, Orígenes del franciscanismo en Rio de la Plata y Paraguay en Revista del instituto de ciencias genealógicas. Año 5 N° 6 y 7. 194. C. Bruno, 1992, Ob. Cit, entre otros).
[1] Véase R. Trelles, Relación de las provincias del Río de la Plata, por Fr Juan de Rivadeneyra, 1581 en revista de la biblioteca pública de Buenos Aires, T3, 1881 pág. 14 y ss.; Fray A. Santa Clara Córdoba, Fray Juan Pascual de Rivadeneira, su brillante actuación en el Paraguay y Río de la Plata en Revista Archivum, Tomo Segundo, cuaderno primero, Huarpes, Buenos Aires, 1944, pág. 109 y ss.
3.2 Llegada de Bolaños a América.
Salió del puerto de Sanlucar de Barrameda en la expedición del adelantado Ortiz de Zárate en el año de 1572. Como compañero de viaje tuvo a Martín del Barco Centenera, autor del poema “La Argentina” (1612). Llega a Asunción, después de varias travesías en las que pasaron hambre, pestes y muertes, en febrero de 1575.
3.3 Reducciones de indios.
Fue Bolaños un gran conocedor de la selva paraguaya, incansable caminante en busca del guaraní. Es extensa la obra de los pueblos y reducciones que fue visitando y fundando, hasta llegar con toda su experiencia a las cercanías del puerto de Buenos Aires.
Haremos una breve reseña de las fundaciones más importantes basándonos en la información provista por Raul A. Molina en su libro Las primeras reducciones franciscanas y jesuíticas y del portal paraguayo www.portalguarani.com :
– San Lorenzo de los Altos: Esta fue la primera fundación de Bolaños en el año 1580 junto a fray Alonso de San Buenaventura. Lograron juntar a unos 300 indios a unas 6 leguas de Asunción.
– Ytá: Ubicada 6 leguas al sur de la ciudad juntaron más de 500 indios.
– Yaguarón: Redujeron otros 500 indios sobre el río Cañabe. Fue fundada entre 1586 y 1587. En esta reducción también estuvo fray Gabriel de la Anunciación. Conserva una iglesia construida a mediados del S. XVIII.
– Caazapá: Fundada el 1607 con colaboración de Hernandarias. Juntaron 600 indios de los montes. El historiador Lozano cuenta que esta reducción fue la más grandiosa que establecieron los franciscanos. En este lugar se dio el milagro conocido como “pozo de Bolaños”
– Yuty: Es fundada el 4 de octubre de 1611 a orillas del río Tebicuarí con 700 indios. En los primeros tiempos donde estuvieron las reliquias del primer mártir del Río de la Plata “Fray Juan Bernardo” obraron grandes milagros entre los indígenas de la reducción.
– Itatí: Muchos dan por fundada esta reducción por Bolaños a fines del año 1615 (7 de diciembre). Molina da como fundador a fray Alonso Gámez en junio / julio de 1616.
– Baradero: sobre esta reducción nos dedicaremos de forma especial en otra entrega.
3.4 Autor del primer catecismo en Guaraní.
Bolaños se convirtió en un gran “lenguaraz”. El guaraní era el idioma originario más conocido entre los pueblos del Río de la Plata. Juan Bernardo, un fraile mestizo fue quien lo ayudó en el dominio de la lengua. Alrededor de los años 1586-1587 el obispo del Paraguay Alonso Guerra le pidió a Bolaños que tradujese el catecismo limense al Guaraní. Estos primeros escritos realizados por él fueron tomando forma y uso hasta que en el Sínodo de
[1] Fray Buenaventura Oro, Ob. Cit. Pag 10.
[1] R.A. Molina, Las primeras reducciones franciscanas y jesuíticas. La enorme gravitación de Hernandarias de Saavedra en sus fundaciones y legislación, taller gráfico San Pablo, Buenos Aires, 1948.
Asunción de 1603[1], presidido por el obispo fray Martín Ignacio de Loyola y el gobernador Hernandarias, se aprueba el catecismo de fray Luis Bolaños como único y obligatorio para el Paraguay y todo el Río de la Plata:
“Que los curas de indios sepan por lo menos la lengua guaraní con suficiencia para poder administrar los sacramentos, y tengan la doctrina y catecismo que hizo el padre fray Luis Bolaños, el cual sepan de memoria para que todos los domingos y fiesta lo digan y enseñen a los indios”[2]
Sobre esta primera grafía en Guaraní Margarita D. Estragó nos dice que:
“El método misionero de memorización y recitación del catecismo de Bolaños «modeló» la fe cristiana de los indios reducidos por los franciscanos, jesuitas y seculares. El catecismo de Bolaños fue el catecismo de la Iglesia paraguaya por más de 200 años y el método más eficaz para lograr entre los indios un lenguaje cristiano. Aunque hubo otros catecismos posteriores, ninguno como el de Bolaños influyó tan notablemente en el adoctrinamiento de los naturales del Paraguay y Río de la Plata.”[3]
El Jesuita, lingüista y antropólogo Bartomeu Meliá quién ha realizado importantes aportes al idioma Guaraní, definió a la obra de Bolaños como “El acta fundacional del Guaraní Paraguayo”
3.5 Leyendas y milagros.
La tradición oral ha traído hasta nuestros días varios hechos extraordinarios vinculados a Bolaños. Para muchos se tratan de leyendas, para otros de milagros. Fue el historiador Rómulo Carbia quién dedicó el opúsculo ya citado para pasar el tamiz documental a algunos de estos relatos.
- El Ykua Bolaños:
Esta leyenda guaraní pone de manifiesto el poder del Paí Bolaños sobre la naturaleza. En Caazapá, reducción franciscana fundada por Bolaños, existe un manantial llamado Ykuá Bolaños (Ykua = manantial). Según esta leyenda muy popular, los indios Guaraní-Paranaenses se hallaban rebelados contra la dominación española desde hacía 40 años. Vivían en pie de guerra resistiendo a la tenaz ofensiva y hasta habían dado muerte al discípulo de Bolaños, fray Juan Bernardo, cuando éste fue a predicarles la Palabra de Dios. A comienzos del siglo XVII Bolaños llegó a ellos y, sin armas ni escolta de soldados, logró la ansiada pacificación. Los indios le exigieron agua porque estaban sedientos a causa de una sequía y este, mostrándoles una piedra, pidió que la levantaran y milagrosamente comenzó a fluir agua de aquel
[1] Véase J.L. Salas, Fray Martín Ignacio Loyola, gran obispo de esta tierra, ediciones y arte, Asunción, 2015.
[2] M. Durán Estrago, Ob. Cit.
[3] Ídem.
lugar. El Ykuá Bolaños está rodeado de un hermoso parque natural donde la gente acude en peregrinación buscando saciar sus dolencias físicas y espirituales.[1]
- El lago Ipacaray:
Según la leyenda guaraní, el lago había inundado el valle de Pirayú y el pueblo de indios de Arecayá. Ante aquel desastre, Bolaños llegó hasta el lugar y extendiendo los brazos sobre el lago desbordado, en nombre de Dios ordenó a las aguas que se aquietaran y volvieran a su nivel habitual. Desde entonces el Tapaykuá pasó a llamarse Ypacaraí que traducido al castellano significa «agua bendecida.[2]
- Levitación:
Otro de los prodigios que solían narrar los guaraníes era el de que muchas veces habían visto a Bolaños elevarse en el aire mientras rezaba y como auroleado por una intensa luz. Asimismo, decían que a veces parecía estar envuelto por un brillante globo de fuego.[3]
[1] Ídem.
[2] Ídem.
[3] Ídem.
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