
Por Alexis Urquiza.
Su muerte:
Información jurídica sobre la muerte de Bolaños 12 y 15 de octubre de 1629. 1
(Sucesos extraordinarios atribuidos a Bolaños testificados y documentados)
Fallecido el padre Bolaños en aromas de santidad el 11 de octubre de 1629 en la cuidad y puerto de Buenos Aires, su cuerpo fue expuesto en un féretro en la iglesia del convento franciscano. Dada la cantidad de personas que se acercaban devotamente a despedir sus restos, por pedido del gobernador y para que todos pudieran verlo, su cuerpo estuvo expuesto por más de treinta horas.
A continuación, transcribimos los prodigios atestiguados en la Información Jurídica acerca de su muerte. Vale aclarar que entre los que declararon bajo juramento y presenciaron los hechos, se encontraban el gobernador Francisco de Céspedes, Cabildo y jueces, oficiales reales, el gobernador provisor y vicario general del obispado el licenciado Gabriel de Peralta, el presidente del convento de San Francisco fray Juan de Ampuero, el prior del convento de Santo Domingo fray Raimundo de Santa Cruz y el médico de la ciudad Francisco Pablo. Fray Juan Ampuero testifica al respecto:
“estuvo con su hábito vestido, y capilla y condón, descubierto el rostro y sus pies, donde
con veneración a su loable vida, virtud y ejemplo, ocurrió el señor gobernador D.Francisco de Céspedes y toda le gente de esta ciudad a dar gracias a Ntro. Señor y le besaban sus manos y pies, y tocaban sus rosarios y cruces y medallas, y cintas, y le cortaban su hábito; y por la noche del dicho día, como a las doce horas de ella, estando velando religiosos y otras personas devotas, uno le cortó del segundo pie izquierdo de la uña, y que siendo así que había fallecido entre nueve y diez horas de dicho día, se habían pasado mas de dieciséis horas, corrió sangre fina de la parte donde se lo cortó; y el día de hoy están sus pies y sus manos y rostro, y su cuerpo dominables, y con suavidad de tacto ,
como si fuese cuerpo vivo” 2
Luego declara:
“El señor Gobernador don Francisco de Céspedes, cabildos y jueces, oficiales reales, y
toda la demás gente de esta dicha cuidad, indios y negros, despoblándose todas las chacras
1 Para leer el documento completo Véase Fr. P. Otero Ob. Cit. “Documento A”, pág. 143 y ss.; J. . Salas,
Selección de documentos franciscanos (S. XVI-XVII), Ediciones y arte, Asunción, 2006, pág. 432 y ss.; y Fray
Buenaventura Oro, Ob Cit. Pag 128 y ss.
2 Salas, J.L. Selección de documentos franciscanos (S. XVI-XVII), Ediciones y arte, Asunción, 2006, Pág 432.
para venir a tocar el cuerpo de tan gran bien: y así pedían con notable afecto los dejasen a
todos besar los pies y manos del padre fr Luis Bolaños, y con esta fe, pedían le diesen alguna parte de su hábito, como se hizo, no desconsolando a nadie, y así vino a quedar la
mayor parte de su cuerpo descubierto y en ello se gastaron dos capillas, y se pedía se
cortara las uñas de sus pies y manos, y los cabellos de la cabeza, y sus barbas. […]
Pidió al licenciado Pablo Francisco, médico de la ciudad que palpase y tratase aquel
cuerpo, el cual lo hizo, y dijo, que si no era con particular milagro no podía estar aquel
cuerpo tan tratable, por todos los miembros de él, con notable suavidad de carne, y hecho
esto pidió un cuchillo pequeño de un estuche, y con el dio una herida,, al padre Fr Luis
Bolaños en el empeine del pie derecho, y luego que lo hirió, saltó la sangre con vehemencia
como si fuera de cuerpo vivo” 3
A este prodigio se sumaron muchos más. Fray Ampuero informa cómo una mujer enferma de lamparones, que había sido tratado sin éxito por el mismo doctor Pablo Francisco 4 , logra sanarse: “cierta mujer que se acercó al cuerpo yacente, una vela que lo alumbraba le quemó una buena parte del manto, y de allí a poco rato, quiso ver el daño y lo halló sano y bueno como antes estaba, aunque con algunas señales de la cera blanca de
la dicha vela” 5
El padre fray Raimundo de Santa Cruz, prior del convento de Santo Domingo, ratifica todo lo declarado por fray Ampuero y agrega que según su propia comprobación el cuerpo del padre Bolaños “que, en vida, por sus llagas, enfermedades y vejez, olía mal, después de su fallecimiento y habiendo treinta horas hasta la de su entierro, olía su cuerpo bien, y movía y convidaba a que lo tocasen y besasen con suma devoción.” 6
También expresa que:
“Estando en dicha ciudad había cuatro días una negra que estaba de parto y afligida en
grave peligro de muerte, le llevaron el cordón del dicho padre Bolaños, y luego que tocaron con el su cuerpo, parió y quedó sana, y sabe este testigo por habérselo dicho un
religioso de autoridad” 7
Finalmente, agrega:
“y sabe este testigo porque es público y notorio, que dicho fr Luis fue muy penitente: nunca dormía en cama sino en una estera, y una piedra por cabecera y otras veces arrimado a la pared, y que, en medio del verano, estando en las reducciones donde hay infinidad de mosquito […] el dicho padre fr Luis se desnudaba en carnes para que los mosquitos le picasen, tomando por penitencia y mortificación esto. Y sabe fue muy dado a la oración y muy profundo en ella, tanto que muchas veces lo veían los indios elevado al aire con el rostro resplandeciente y por ello unos le llamaban el hechicero de Dios, y otros lo tenían por tal., por cuya causa se retiró a su convento, y dejó las reducciones, por huir del
3 Ídem. Pag 434 y 435
4 Para mas noticias sobre este médico, véase: g. Furlong Cardiff, Historia social y cultural del Río de la Plata
1536-1810, el trasplante cultural: Ciencia, Tea, Buenos Aires, 1969, pág.
5 Salas, J.L. Selección de documentos franciscanos, ob.cit., pág. 435
6 Ídem, pág. 437
7 Ídem, pág. 447 y 448
aplauso y de la estimación que de él hacían los dichos indios, y que en todo y por todo lo
tenían por varón apostólico, y de vida santa y ejemplar…” 8
Cinco años más tarde, cuando se abrió su fosa para pasar sus restos a una caja
artística donada para este caso por los devotos don Diego de Rivera y su hija Uzenda
Jacobina de Bracamonte y Amaya volvieron a ocurrir algunos prodigios los cuales han
quedados documentados por el padre Vique y que el historiador contemporáneo Córdova y
Salinas lo incorpora a su crónica:
“hallóse que el cuerpo, sin haber rastro de polvo en ella, estaba envuelto en un licor como
bálsamo de color pardo que se había embebido todo en la caja, sin haber rastro de polvo en
ella, ni mas hábito que un pedazo como un real de a ocho y otro muy pequeño de cuerda
[…] en la parte del vientre había como licor cuajado..[…]
Entre las manos y con ellas lo saqué. Pidióme el gobernador que lo quería oler. Llegó el
rostro a mis manos y derramando repentinamente muchas lágrimas, se hincó de rodillas y
dijo a voces: Ahora confieso que este santo es uno de los grandes del cielo, porque tal olor,
y de tal lugar, sólo en un santo tan esclarecido se puede hallar” 9
“Existe fama de santidad para aquellos siervos de Dios que han merecido una sepultura especial, a la que ha concurrido gente a rendir devoto homenaje y a pedir gracias por mediación del que allí reposa y para aquellos otros acerca de los cuales relata la tradición, o léase en libros, que obraron hechos extraordinarios y milagrosos y practicaron la virtud en grado superior al común.” (“Codex Postulatorum y Paolini” en R. Carbia, Ob. Cit.Pág. 28)
Caja pintada donde estuvieron por mas de 200 años los restos del padre Bolaños
6 – Bibliografía General.
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Durán Estrago, M. (1995)” El hechicero de Dios” Fray Luis Bolaños.
8 Ídem, p. 439
9 fray D. Cordova Salinas, Ob. Cit, pag 658.
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