Milagros es una joven sampedrina que tuvo la dicha de ser madre por primera vez el 15 de mayo. En una carta que envió a La Opinión, compartió su experiencia y los sentimientos encontrados por los que pasó, los cuales logró superar gracias a la contención de las enfermeras del hospital de San Pedro:

El día 15 de mayo nacía mi bebé prematura de 35 semanas de gestación. Apenas nació, se la llevaron volando a pediatría donde le pusieron oxígeno, y estuvo así durante una semana ya que sus pulmoncitos aún no tenían la madurez suficiente.

Con una cesárea y súper dolorida, me levanté apenas desapareció la anestesia y no me moví de al lado de mi bebé hasta que me dieron el alta. Ahí en pediatría me dieron una cama donde estar el tiempo que fuera necesario.

Hoy quiero agradecer con todo mi corazón a todo el equipo de enfermeras de pediatría de nuestro hospital: ellas no solo cuidaron día y noche de mi bebé, sino que también de mí. Me enseñaron a cambiar un pañal, también cómo darle mamadera y pecho, me enseñaron a bañarla y a dormirla. Incluso, en las noches que se ponía difícil mantenerse despierta, ellas cuidaban y alimentaban a mi bebé para que yo pueda dormir y tener fuerzas para el otro día.

Me ayudaron a manejar con muchísimo amor todo el dolor y angustia que me abrumaba en ese momento. Empatizaron conmigo y me escucharon, me contuvieron, me hicieron reír, escucharon mis frustraciones y mis enojos. Estuve casi 12 días en una sala, lejos de mi familia, y ellas mismas permitieron que mi mamá pueda ir una vez al día para curar mi cesárea.

Hoy, Alaia al fin está en casa y estoy agradecida de que personas tan lindas y cálidas me acompañaran en este proceso de ser mamá por primera vez. Esta es la otra parte que no se cuenta de nuestro hospital. Muchas gracias por tanto amor, chicas. Con cariño, ‘la mamá de González’“.

laopinionsemanario

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